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un proyecto de

Productores Sostenibles

El ganadero que ha conseguido que su carne (sostenible) vaya de la granja a la mesa

Ricardo Buil creció en una granja de las montañas de Aínsa. Él es la tercera generación de ganaderos de una familia dedicada a la compraventa de ganado vacuno, un negocio que fue ampliando hasta que el nacimiento de sus hijos modificó su visión empresarial para pasar a un modelo más sostenible.

Aínsa Huesca Aragón
Eva Prieto

Carnísima

Aínsa (Huesca) ARAGÓN

El aire puro expresa su fuerza contra unas montañas que ganan protagonismo al cielo y se miran en lagos de aguas cristalinas y color turquesa. Los hermosos valles, originados por la antigua acción glaciar y la erosión de los ríos, conforman un entorno impresionantemente natural que atraviesa el cuerpo y los sentidos. Es difícil contemplar la grandeza del Pirineo aragonés sin que la respiración se entrecorte. En medio de esta postal, y a tan sólo unos kilómetros de la bella Aínsa (Huesca), descubrimos el hogar de unas vacas que brincan, se besan, juegan y corren a tal velocidad que parecen búfalos. En cuanto advierten nuestra presencia algunas se acercan, curiosas, y saludan con el hocico. Otras, continúan comiendo hierba con la mirada de refilón. Y las más recelosas se agrupan para envolver con sus enormes cuerpos a las crías. Unos minutos observando su comportamiento bastan para llegar a la conclusión de que estas vacas parecen realmente felices.

Carnísima no nació para vender mucha carne, sino productos saludables❞

Ricardo Buil

Carne saludable para toda la familia

Ricardo Buil creció en una granja de las montañas de Aínsa, rodeado de animales. Él es la tercera generación de ganaderos de una familia dedicada a la compraventa de ganado vacuno, un negocio que fue ampliando hasta que el nacimiento de sus hijos modificó su visión empresarial. «Cuando mis hijos empezaron a comer carne me di cuenta de que no existía una buena oferta de productos ecológicos con información clara sobre su procedencia». Ricardo comenzó a investigar y los análisis confirmaron que existían grandes diferencias entre la carne industrial y la que come el ganadero. Esto lo llevó a plantearse que, si él tenía la necesidad de encontrar carne saludable para su familia, otras personas también la tendrían. Y con este propósito nació Carnísima.
«Carnísima no nació para vender mucha carne, sino productos saludables», matiza Ricardo. Pero los inicios empresariales suelen ser una cuestión de ensayo y error hasta dar con la tecla adecuada.

«Al principio teníamos un producto inmejorable pero no éramos capaces de comercializarlo. Hicimos dos intentos de vender nuestra carne a través de distribuidores y carniceros, pero el producto perdía calidad en cada paso y el precio a pagar por parte del cliente se multiplicaba». Se dio cuenta de que la clave estaba en llegar al cliente final. En 2018 inauguró la primera carnicería en Aínsa, y más tarde la segunda en Zaragoza, con el fin de llevar la carne de la granja directamente a la mesa del consumidor, sin intermediarios y al precio más competitivo. Acertó de pleno. En las tiendas Carnísima apenas se escucha un silencio con compradores entrando y saliendo de forma constante.

«Antes los clientes no querían comprar nuestra carne ecológica, así que empezamos a regalarla. Después de probarla en casa, la gente volvía a por más», comenta Ricardo orgulloso mientras saluda amablemente a todas las personas que salen por la puerta del establecimiento. Durante años, la investigación y las prácticas ganaderas sostenibles han sido sus mejores aliadas para lograr una carne ecológica de gran calidad, muy alejada de la industrial. «Tú vas al supermercado y encuentras alimentos donde pone 60% pavo. ¿Entonces el resto qué es? Lo hemos visto claramente con el fraude de las hamburguesas de ternera que no tenían ni un sólo gramo de ternera porque era carne de caballo», expresa bastante serio sobre el escándalo conocido como 'Horsegate'.

Todos los esfuerzos de Ricardo en proporcionar a sus clientes la mejor alimentación posible empiezan en su granja. «Nosotros apostamos por hacer las cosas de manera ancestral, pero utilizando las ventajas de la tecnología. Nuestras vacas se alimentan de pastos ecológicos, viven en libertad, están bien atendidas… Y usamos los datos para conocer el índice de proteína de la hierba por si es necesario complementar la alimentación, hacemos analíticas de sangre para saber si hay virus o bacterias, medimos el pH estomacal y la temperatura corporal o ponemos collares que nos indican si las vacas se encuentran bien o están nerviosas. La tecnología ayuda, pero la esencia está en cuidar a los animales con lógica, sin hacinarles y con una alimentación lo más natural posible». Pero esta manera de criar al ganado es la excepción y no la norma.

"Nuestras vacas se alimentan de pastos ecológicos, viven en libertad, están bien atendidas…"

«Con la industrialización del sector, hemos visto vacas pastando en prados al aire libre que comen piensos que no se sabe de dónde provienen ni qué contienen realmente. Comprar carne por su origen demográfico no tiene ningún sentido si su alimentación consume productos globales», sentencia. Ricardo ha viajado por medio mundo para descubrir de primera mano cómo se trabaja la producción ecológica en otros países. «En los ranchos americanos de Texas hemos aprendido muchísimo. Allí aplican una alimentación natural y esa es su práctica convencional de hacer las cosas, mientras que en Europa esto es algo totalmente innovador».

Uno de los grandes puntos diferenciales de Carnísima es la venta de su propia producción. «En los supermercados o carnicerías venden la carne de los productores, pero jamás aparecen sus nombres. Nosotros queremos que todo el mundo sepa de dónde proviene la carne que compra porque hay muchos factores a tener en cuenta. Por ejemplo, no es lo mismo alimentar a los animales con una hierba libre de contaminación, que con otra pegada a una autopista. Y quizá las dos tienen una certificación ecológica. Hay factores que pasan desapercibidos y nadie analiza, pero son importantísimos para el valor del producto», explica. Por eso el premio de BBVA supone un aval muy importante.

«No sólo por ser un reconocimiento de que lo que hacemos está bien, sino porque también nos posiciona en el mapa y nos da visibilidad. Creo que habrá un antes y un después de este premio porque nos obliga y nos anima a hacerlo cada vez mejor». En las tiendas Carnísima encontramos variedades de carne de ternera como la Angus o la Wagyu; de ovino, como el Masito de Montearagón, o de cerdo, como el Latón de la Fueva. Su catálogo se ha ido enriqueciendo y ampliando gracias a la colaboración con otros productores que comparten su visión responsable y el compromiso de transparencia hacia los consumidores.

Ricardo desprende un halo de prudencia, seguridad y buen olfato para los negocios y tiene muy claro que, para sentirse realizado, no puede hacer algo únicamente por dinero. «Cuando entregas al cliente un producto diferente y mucho más saludable, esa sensación hace que te sientas bien, que estés mucho más motivado. Pero cuando trabajas en modo convencional, te industrializas, te fusionas con el resto y no puedes competir. Todo son números y así es imposible hacer algo digno». Además, cuenta que se encuentran en un buen momento porque sus productos están conectando con la sociedad. «Ahora los clientes se preocupan más por su salud y gracias a ello nuestras ventas han crecido bastante. Hay una reflexión para cambiar hacia un entorno con aire puro. Esto mismo sucede con los animales. Igual que las personas estamos mejor en un ambiente más sano, los animales y los productos vegetales que se producen allí también tienen mayor calidad».

Pero para este empresario ofrecer una «carne buenísima» no es suficiente. Por eso ha desarrollado un proyecto basado en tecnología blockchain a través del cual el cliente tiene acceso a la trazabilidad total del producto. «Queremos garantizar la certeza de que lo que la gente se lleva a su mesa es lo que dice la etiqueta». Y es que, como buen visionario, Ricardo sabe que el verdadero triunfo es poder elegir y comprar libremente gracias a la transparencia de la información. Toda una suerte para el consumidor.

Créditos

Redacción: Eva Prieto

Coordinación: Cecilia Marín

Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra

Maquetación: Saúl Fernández

Producción Vídeo: Delia Blesa

Contenido desarrollado para

PRODUCTORES SOSTENIBLES

La familia de ganaderos que ha conseguido que su carne (sostenible) vaya de la granja a la mesa

Ricardo Buil creció en una granja de las montañas de Aínsa. Él es la tercera generación de ganaderos de una familia dedicada a la compraventa de ganado vacuno, un negocio que fue ampliando hasta que el nacimiento de sus hijos modificó su visión empresarial para pasar a un modelo más sostenible.

Eva Prieto

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