La historia de la abeja 12.376 que se crió entre paneles solares

¿Qué tiene que ver el ascenso laboral de una apis mellifera con la necesaria transformación energética? Un nuevo paradigma llega a la generación de energía sostenible.

Hoy no es un día cualquiera para la abeja número 12.376 de la colmena. Ya tiene la edad suficiente para salir a buscar alimento. Primero se curtió cuidando de las crías en metamorfosis y dejando la colmena como los chorros del oro. Hoy, 12.376 se ha ganado sus alas, así que se dispone a visitar un buen puñado de plantas aromáticas para libarles el néctar, igual que han hecho todas sus antecesoras. Solo un detalle las diferencia: sus predecesoras solían buscar víveres en plena sierra, rodeadas únicamente de vegetación y algún que otro animal. Este año, 12.376 lo hará en los terrenos que ocupa una planta fotovoltaica en Carmona (Sevilla).

¿Una colmena a un paso de un ejército de paneles solares? Efectivamente. Un proyecto piloto de Endesa busca lo que hasta hace poco parecía imposible: reconciliar los frenéticos avances tecnológicos de los humanos con el pausado pulso de la naturaleza. Para lograrlo, la tecnología no puede depredar el espacio que humanos, animales y plantas ya ocupan en las zonas rurales. Todo lo contrario: debe aliarse con ellos.

Esta es la razón por la que 12.376 y sus compañeras harán desde esta primavera lo que las abejas de la comarca de Los Alcores (Sevilla) llevan siglos haciendo, solo que en un escenario diferente: el de las dos plantas solares que Endesa está levantando en la zona, conocidas como Las Corchas y Los Naranjos. Estas instalaciones no solo generarán la energía equivalente al consumo de 30.000 familias y evitarán las emisiones de CO₂ que producirían unos 50.000 vehículos de combustión al año. También ayudarán a fijar población en la zona y crear valor.

Compartir, no competir

“Las plantas fotovoltaicas suelen plantear un problema: consumen terreno y desplazan las actividades agrícolas en las zonas en las que se instalan”, plantea Daniel Romero, responsable de Sostenibilidad (CSV) de las plantas fotovoltaicas Las Corchas y Los Naranjos de Carmona (Sevilla). “Así que optamos por compartir y no competir. Nuestro objetivo es maximizar el valor que aportan las instalaciones, por eso planteamos iniciativas para hibridar las plantas fotovoltaicas con el sector primario de la zona en la que se encuentran”.

Una lógica que explica por qué la colmena de 12.376 llegará a las inmediaciones de los paneles solares que la compañía gestionará en Carmona. “Estamos implantando un proyecto piloto de lo que llamamos ‘agrivoltaica’. En este caso, consiste en el cultivo ecológico, sin herbicidas ni otros productos químicos, de plantas aromáticas en los pasillos que hay entre los paneles solares para poner el espacio a disposición de un apicultor de la comarca. Se trata de un lugar propicio para la apis mellifera -abeja europea- de la zona, tanto por la floración que ya está presente en el entorno como por la introducción de plantas aromáticas, como el orégano o la lavanda. Ofrecemos así un hábitat protegido para la especie”, añade Romero.

Como resultado, se instalará el primer apiario solar de España, una iniciativa comercial pionera para producir miel en una planta fotovoltaica, que se comercializará bajo la etiqueta “Miel Solar”. Irá acompañada por otras, como la creación de un espacio formativo dirigido a emprendedores que quieran poner en marcha proyectos relacionados con la apicultura, la promoción de actividades de apiturismo o de innovación relacionada con la sensorización de colmenas para aumentar la eficiencia de las explotaciones de apicultura. Incluso se abrirá el entorno al pastoreo de ovejas. La alimentación de estos animales ayudará a mantener las instalaciones limpias de malas hierbas.

“Nosotros, los apicultores, cuidamos de las abejas y buscamos su bienestar. En nuestro caso, nos dedicamos a la raza autóctona de apis mellifera, adaptada a las condiciones de la zona. Cuidamos reinas, creamos enjambres y ayudamos a evolucionar sus líneas genéticas, mejorando la especie sin alterarla. Y trasladamos las colmenas allí donde hay almendros, naranjos, eucaliptos… donde las abejas no pueden llegar por sí solas. Cuantos más sitios visiten, más floraciones se aprovechan. Y este año sumaremos la de la planta de Carmona”, describe Juan Ignacio. “Sí, buscamos su bienestar, pero también el nuestro, porque su trabajo es imprescindible para la vida. Si desaparecen las abejas y dejan de polinizar, el mundo se para. Si el campo no se mueve, no funciona nada”, reflexiona.

¿Y cómo afronta las nuevas actividades que promoverá el apiario solar una persona cuyo trabajo, básicamente, consiste en asegurar que todo siga igual? “Nuestro trabajo con las colmenas en la planta fotovoltaica será muy parecido al que realizamos normalmente, cuando las llevamos a la sierra u otros emplazamientos. Sin embargo, nuestra participación en las actividades de apiturismo y la posibilidad de dar a conocer así nuestro trabajo serán nuevos para nosotros. También lo será la comercialización de la línea de Miel Solar. Aunque todo esto supone un reto, lo esperamos con mucha ilusión”, asegura Juan Ignacio.

Crear empleo para fijar población

No solo 12.376 y sus compañeras encontrarán en Las Corchas y Los Naranjos un nuevo lugar donde desempeñar su labor. A una distancia prudencial de unos 150 metros de su colmena, habrá también humanos dedicados al mantenimiento de las nuevas instalaciones. Se trata de nuevos puestos de trabajo que suponen todo un revulsivo a la hora de fijar población en una zona rural como esta.

“Entre los beneficios que obtiene Carmona de la implantación de las plantas solares por parte de Endesa, destacaría la importante creación de empleo que genera su instalación en una primera fase y, posteriormente, su mantenimiento una vez puestas en marcha”. Juan Manuel Ávila Gutiérrez, alcalde de Carmona, describe así el proceso de generación de empleo especializado y cualificado que se ha desencadenado en su municipio, dentro de un sector en crecimiento.

“Un segundo aspecto positivo es la importante inyección económica que estos proyectos suponen para las arcas municipales, a través de las tasas que tienen que abonar. Aportaciones económicas que ya estamos invirtiendo en Carmona y que se concretan en la reforma o construcción de instalaciones deportivas, culturales y sociales y en la mejora de infraestructuras urbanas tales como calles y plazas”, explica el alcalde.

La generación de valor en la zona a partir de las nuevas plantas fotovoltaicas va más allá de la creación de empleo o la recaudación de impuestos. “Pondremos en marcha junto a Endesa un plan conjunto de implementación y responsabilidad social que mejorará la eficiencia energética de edificios municipales. También permitirá la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos, así como el desarrollo de acciones formativas para conocer los beneficios de las energías limpias, entre otras actividades. Es más: Endesa ya ha implicado en la construcción de estas plantas solares a colectivos especiales de la localidad como los usuarios del taller ocupacional, lo que ha supuesto que estas personas se hayan sentido partícipes de un proyecto de tal envergadura”, añade Juan Manuel Ávila.

Mientras Carmona y sus habitantes se preparan para una nueva vida en el pueblo, el enjambre de 12.376 sigue con la suya. Las larvas crecen y las obreras continúan fabricando jalea real para alimentar a la reina que, a su vez, pone huevos para dar vida a la siguiente generación de abejas. Aunque no lo sepan, también ayudarán a transformar su entorno, polinizando las plantas, dando trabajo a la quinta generación de una familia, mostrando a los turistas que otros modos de vida son posibles, inspirando a futuros emprendedores e incluso evitando que el polen se deposite en los paneles solares y afecte a su rendimiento. Pero eso será mañana. Hoy, lo importante es esa nueva flor en la que 12.376 está a punto de posarse.