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Cómo vencer la ansiedad por la autonomía de un coche eléctrico

Mejores infraestructuras de recarga y kilometrajes cada vez más extensos serán claves para animar a los conductores a pasarse a la movilidad eléctrica

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La ansiedad por autonomía -es decir, la preocupación por quedarse sin electricidad antes de que acabe un viaje- es un fenómeno moderno y una de las principales razones por las cuales las personas desisten de comprar un coche eléctrico. En este sentido, un informe global de Deloitte desvela que la autonomía y la falta de infraestructuras de recarga siguen siendo las preocupaciones más comunes para los conductores respecto a los coches eléctricos en la mayoría de los grandes mercados mundiales.

La ansiedad por la autonomía tiene un impacto real sobre las ventas potenciales. Además, el hecho de que persista es desconcertante, ya que muchos coches eléctricos son capaces de recorrer cientos de kilómetros entre recargas. Así las cosas, ¿qué hace falta para superar esos recelos?

Un desafío a la tradición

Ricardo Oliveira, analista de la industria de la automoción de World Shopper en España, tiene cierta experiencia a la hora de desafiar las percepciones negativas relativas a los coches eléctricos. Recientemente, realizó un viaje de 4.100 kilómetros al volante de un Kia e-Niro eléctrico, durante el cual visitó cinco países europeos. El objetivo: conocer la actitud de sus ciudadanos respecto a este tipo de vehículos y cómo sus propietarios consiguen superar la conocida como ansiedad por la autonomía. 

“Las personas están apegadas a la tradición”, dice Ricardo. “Para cualquiera que haya pasado toda su vida conduciendo coches de gasolina o diésel, es fácil negar la existencia de alternativas viables. En la mayoría de los casos, las personas que manifiestan más dudas sobre el coche eléctrico simplemente no son conscientes de la autonomía que ofrecen ahora o lo fácil que es mantener sus baterías cargadas”, añade. «Sufren la conocida como ansiedad por la autonomía del coche eléctrico antes incluso de haber considerado probar uno».

Vencer la ansiedad por la autonomía es una cuestión de información, asegura. “En Europa, cada vez más compradores de coches consideran pasarse a la conducción eléctrica. Casi todas las personas con las que hablé durante mi viaje confesaban que sería mucho más probable que dieran el salto si pudieran confiar más en la red de recarga eléctrica”.

La clave para vencer la ansiedad por la autonomía reside en un acceso fácil a las infraestructuras de recarga para vehículos. Y, para alguien con garaje o espacio de aparcamiento en casa, no hay nada más fácil que hacer esas recargas en casa.

El cargador en casa

Para muchas personas, las recargas en el hogar son fundamentales para la adquisición de un coche eléctrico y representan precisamente una de sus mayores ventajas. Así, los propietarios de vehículos eléctricos que tienen acceso a su propio garaje o espacio de aparcamiento en casa se encuentran en la posición más fuerte, ya que pueden tener un punto de recarga instalado para realizar las cargas cuando más les convengan, normalmente a lo largo de la noche.

“Recargar en casa es la manera más barata que hay de operar el coche, ya que su propietario puede aprovechar que las tarifas más económicas son las nocturnas”. Ricardo Oliveira, World Shopper España.

“Es tan sencillo como enchufar el coche cuando llegas a casa”, añade Ricardo. “Cuando recargas así, no existen problemas como tener que esperar para hacerlo. Simplemente, puedes seguir adelante con tus planes o dormir mientras la batería de tu coche se recarga”.

“Durante mi viaje, conocí muchos propietarios de coches eléctricos que aborrecían la idea de tener que volver a visitar una gasolinera alguna vez en su vida. Simplemente, salían de casa por la mañana con la batería totalmente recargada y era rara la vez que tenían que recurrir a cargadores públicos”, explica el experto. “Recargar en casa también es la manera más barata que hay de operar el coche, ya que su propietario puede aprovechar que las tarifas más económicas son las nocturnas, justo cuando deja su vehículo enchufado”.

Planificar la ruta

La proliferación de cargadores rápidos en las principales vías permite que encontrar un punto de recarga no sea mucho más complicado que localizar una gasolinera

¿Y qué ocurre con los viajes más largos? Esas escapadas que mantienen al vehículo lejos de su cargador privado. Después de todo, los coches eléctricos ahora ofrecen más autonomía que nunca, aunque todavía no tanta como un depósito de combustible.

“Los viajes largos son cada vez más accesibles para un coche eléctrico”, asegura Ricardo. “Eso sí, planificar la ruta sigue siendo crucial, sobre todo si no puedes garantizar que haya un punto de recarga al final del trayecto. Para muchos, hacer esto es solo cuestión de un par de minutos gracias a las apps que ayudan a encontrar la estación de recarga adecuada”.

Es más, con la eclosión de la conexión a bordo de los vehículos, los propietarios de coches eléctricos pueden utilizar sus sistemas de navegación para encontrar puntos de recarga cercanos o identificar los que hay a lo largo de la ruta. La proliferación de cargadores rápidos en las principales vías -conocidos como corredores de carga rápida- permite que no sea mucho más complicado que localizar una gasolinera.

“Los conductores van adquiriendo el hábito de pensar las recargas y, en viajes de larga distancia, no es algo tan diferente a repostar combustible”, explica Ricardo. “Parar a recargar la batería de 30 a 45 minutos puede sonar a engorro, pero en realidad es una buena excusa para parar a tomar un café y estirar la piernas”. “Es aconsejable hacerlo siempre en un viaje largo. Así que con un coche eléctrico también lo es”.

Construir familiaridad

Europa está experimentando expansiones y mejoras de sus redes de recarga de vehículos a cada mes que pasa. De hecho, el número total de cargadores públicos en Europa se ha triplicado sobradamente en los últimos cinco años. 

El resultado es que el concepto de recargar un vehículo eléctrico se volverá cada vez más familiar con el paso del tiempo. “Muchas de las barreras percibidas, como la ansiedad por la autonomía y las recargas, se están resolviendo”, dice Ricardo. “Es cierto que muchos propietarios de coches recargan sus vehículos en casa, pero una mayor visibilidad de las redes públicas de recarga podría ayudar a persuadir a más personas sobre la viabilidad de pasarse a la conducción eléctrica”. Por eso, «si más conductores ven que otras personas cargan sin problemas sus vehículos eléctricos, ese puede ser todo el empuje que necesitan para dar el paso”, concluye.