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Las vacas con nombre propio dan más leche

Según un estudio de la Universidad de Newcastle, poner nombre a las vacas aumenta su producción de leche, a lo que José Manuel Vázquez, ganadero de la primera ganadería ecológica en España, contesta que además es necesario proporcionarles la mejor calidad de vida

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Para satisfacer la actual demanda de leche, un estudio realizado por la Universidad de Newscastle sugiere que los ganaderos pongan nombre a sus vacas. Así, según los investigadores, serán capaces de producir unos 250 litros más de leche al año. «Igual que los humanos respondemos mejor a un tratamiento personal, las vacas también se sienten más felices y relajadas si se les da una atención más personalizada», afirma Catherine Douglas, la autora de este trabajo.

Cada español bebió en 2018 una media de casi 70 litros de leche, según el último Informe del Consumo Alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.


Pero eso no basta para José Manuel Vázquez, el primer ganadero en certificar su ganadería ecológica en España. El esfuerzo que realiza diariamente en su granja no es para obtener más leche sino para que el proceso sea lo más sostenible posible. Es la única manera de producir una leche totalmente saludable tanto para el consumidor como para el animal y el medioambiente. En 2019 se cumplen 20 años desde que el Grupo Lactalis consiguió su primera certificación para producir leche ecológica en nuestro país.



Una aventura que empezó con tres ganaderos pioneros y a la que actualmente ya se han apuntado más de 80, procedentes de Galicia, Asturias, Cantabria y Cataluña. La empresa es el mayor referente de leche ecológica en España gracias a la marca Puleva Eco, que coincidiendo con su aniversario incorpora a su gama una leche pasteurizada que proviene de granjas ecológicas: Puleva Fresca Eco.


Se prevé que el Grupo Lactalis acabe el año habiendo recogido 20 millones de litros de leche ecológica. Más o menos es el equivalente a ocho piscinas olímpicas. «Cuando comenzamos hace 20 años nos calificaban de aventureros, pero hoy estamos orgulloso de haber tomado este camino de la mano de nuestros 80 ganaderos», afirma José Enrique García, director de recogida de leche del Grupo Lactalis en España.


Blanco y en botella… pero con etiqueta

Este sello no lo tienen ni la leche de pastoreo ni la de bienestar animal


La creciente preocupación por la salud y el medioambiente también se observa en la industria láctea. El mercado ha desarrollado opciones como la leche de pastoreo, de bienestar animal y ecológica para intentar satisfacer estas inquietudes. Pero es fácil caer en la confusión y pensar que son diferentes denominaciones para un mismo tipo de leche, cuando esto no es así. De hecho, la leche ecológica es la única que está certificada por la Unión Europea como leche sostenible, lo que le otorga una categoría superior: solo esta leche garantiza el cuidado al medioambiente, a la vaca, y en consecuencia, a los consumidores.


Aunque hace años solo se encontraba en tiendas especializadas, hoy en día es posible comprar leche ecológica en la mayoría de supermercados. Para que los clientes puedan reconocerla fácilmente se incluye en el envase esta etiqueta eco que garantiza que la leche cumple con los criterios de sostenibilidad y cuidado animal exigidos.


Leche ecológica vs. de pastoreo o bienestar animal


Además de ser la única con regulación europea oficial, la leche ecológica es la más respetuosa con el medioambiente, los animales y el consumidor y es que está libre de insecticidas, pesticidas u hormonas. Esto se traduce en una leche que contribuye a una alimentación más sostenible y saludable para todos.



La leche de pastoreo es una leche tradicional que promueve que las vacas pasten al aire libre solamente durante cinco horas. Las de bienestar animal también son leches clásicas, pero añaden una certificación privada que garantiza que las vacas están bien alimentadas y disfrutan de buen alojamiento, comportamiento y salud. Sin embargo, la leche ecológica da un paso más porque está obligada a seguir un protocolo mucho más riguroso que el de la ganadería convencional en cuanto a bienestar animal y sostenibilidad del medioambiebnte. Además se realizan inspecciones de manera periódica para comprobar que se están cumpliendo los requisitos exigidos respecto al cuidado integral de las vacas.


En los suelos de las granjas ecológicas se evitan plaguicidas, herbicidas e insecticidas

Los animales de una granja ecológica son preferiblemente de razas autóctonas, así que se aclimatan mejor al terreno y enferman menos. Viven de manera muy similar a cómo lo harían en la naturaleza. Los establos requieren unas dimensiones de seis metros cuadrados por vaca y deben poder pastar al aire libre siempre que el clima lo permita, disponiendo de una hectárea de terrero por cada dos vacas para evitar la erosión del suelo. Su alimentación se cuida minuciosamente: debe ser 100% ecológica y libre de OGM (organismos genéticamente modificados), algo que no sucede en el caso de las granjas de pastoreo y bienestar animal, donde las vacas se alimentan de manera convencional.


Además, en las granjas ecológicas, se posibilita que las vacas hagan ejercicio porque es la mejor manera de estar sanas. Y si ellas lo están, su leche también.


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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Instituto Puleva de nutrición. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.