La merecida recompensa del emprendedor
La iniciativa y determinación del autónomo tiene que aplicarse tanto en su proyecto profesional como en su capacidad de ahorro, solo así ganará en tranquilidad.
Convertir una idea en un negocio, flexibilidad de horarios, escoger el lugar de trabajo, en definitiva, ser el jefe de uno mismo para hacer realidad un sueño… Ser autónomo tiene ventajas, pero al tiempo requiere perseverancia y máximo compromiso para conseguir los objetivos marcados. Las esperanzas iniciales al crear una pequeña empresa puede que no cumplan las expectativas, por lo que es una decisión que conlleva riesgos e imprevistos.
El emprendimiento exige actitud y capacidad de adaptación frente a la incertidumbre, frente a la dificultad de asegurar ingresos periódicos, frente a la posibilidad de afrontar pérdidas. La aventura económica y el sacrificio personal que supone el autoempleo implica un alto sentido de la responsabilidad.
Las tareas y obligaciones diarias de un trabajador por cuenta propia no deben impedirle pensar en el momento de acabar su carrera profesional. Todo lo contrario, es durante el presente laboral cuando puede planificar cómo quiere que sea su vida tras la jubilación.
Las habilidades que demuestra día a día un autónomo son la mejor garantía para gestionar adecuadamente sus bienes y empezar a ahorrar cuanto antes. Estas son las cualidades que ayudan a prepararse para un futuro mejor.
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS: Un autónomo está más presionado por las condiciones del entorno económico y laboral, y su capacidad de control de los factores externos es muy reducida.
VISIÓN PREVIA: Las pensiones medias del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) son significativamente más bajas que las pensiones medias de otros trabajadores. Al cotizar por la base mínima, el derecho de pensión es inferior.
INICIATIVA: Es necesario complementar económicamente las prestaciones públicas de la Seguridad Social, sobre todo si el importe de nuestra jubilación se reduce en los próximos años.
TOMA DE DECISIONES: La previsión social privada es el instrumento que garantiza al autónomo poder mantener su nivel de vida tras la jubilación, ya que sirve como complemento a las pensiones públicas y ante otras contingencias.
CONTROL Y AUTOGESTIÓN: Los ingresos del trabajador por cuenta propia no son constantes y al esfuerzo por conseguir un sueldo mínimo se unen los gastos que genera su actividad, como el pago de la cuota de autónomos independientemente de la cantidad de ingresos.
DETERMINACIÓN: Ahorrar para la jubilación debe figurar entre los principales objetivos financieros. Es aconsejable elaborar un presupuesto personal.
DEDICACIÓN Y ENTREGA: Es fundamental planificar con tiempo la jubilación; cuanto antes se empiece mejor. El esfuerzo por alcanzar los objetivos previstos es menor cuanto mayor sea el periodo de ahorro.
PERSEVERANCIA: Tanto los planes y fondos de pensiones, como las diferentes modalidades de contratos de seguros, se generan mediante aportaciones regulares y continuadas en el tiempo.
POSITIVIDAD: Existen distintas soluciones aseguradoras para enfrentarse a los riesgos e imprevistos. Además, los instrumentos de ahorro cuentan con importantes ventajas fiscales.
SABER ESCUCHAR: El autónomo cuenta con menores medios e información que el resto de trabajadores por cuenta ajena. Para conocer adecuadamente estos productos, se recomienda el asesoramiento de un profesional.
Mejorar la cultura financiera y aseguradora de los ciudadanos es uno de los objetivos de la Fundación MAPFRE. Puedes obtener más información en la Guía para la protección del Trabajador Autónomo en la web ww.segurosypensionesparatodos.org así como en www.finanzasparatodos.org