El textil y la automoción gallega se resentirán del atasco en el canal de Suez

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

Reuters

Más de 150 cargueros esperan a que se libere el Ever Given para transitar. La autoridad del Canal agradece a EE. UU. la ayuda ofrecida para reestablecer la comunicación

26 mar 2021 . Actualizado a las 11:02 h.

Las arterias del tráfico marítimo mundial tienen cuatro puntos críticos. Dos sin esclusas, como son el estrecho de Malaca y el de Gibraltar, y otros dos en los que hay que regular el paso y pagar peaje: el canal de Panamá y el de Suez. Un problema en cualquiera de ese sistema coronario de las rutas marítimas puede comprometer la buena salud del comercio mundial. Uno de esos pasos, precisamente el más concurrido, el que conecta el mar Mediterráneo y el mar Rojo y por el que discurre por donde discurre el 12 % del comercio mundial, colapsó el martes.

El Ever Given, uno de los mayores portacontenedores que existen en el mundo -400 metros de eslora y 220.000 toneladas-, supuestamente a causa de una ráfaga de viento, se atravesó en esa ruta provocando un atasco de primer orden que ha dejado a decenas de embarcaciones embotelladas a un lado y otro de la infraestructura. Este jueves se acercaban a 200 los mercantes que estaban a la cola, tanto en la parte mediterránea, en Port Said, como en Suez, la entrada sur al canal. Algunos, incluso atrapados en mitad de la ruta, fondeados en Bitter Lakes (Gran Lago), un área en la que el canal se ensancha más allá de los 300 metros que la vía ronda a lo largo de su curso.

Navegación suspendida

La Autoridad del Canal de Suez decidió este jueves suspender temporalmente la navegación por ese atajo que evita tener que rodear el cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) y ahorra al menos cinco días de trayecto entre Europa y Asia, con el menor coste que eso implica. Una medida que se antoja puramente administrativa, toda vez que el paso, en la práctica, es imposible. Todos los medios desplegados para tratar de liberar el buque gigante que quedó atravesado en el kilómetro 151, no habían conseguido este jueves más que reflotarlo parcialmente y seguía siendo imposible circular en ninguno de los dos sentidos. Por lo pronto, las tres embarcaciones que iban a la zaga del Ever Given emprendieron este jueves, pasado el mediodía, el camino de vuelta para regresar al mar Rojo.

Según la Autoridad del Canal de Suez, se han movilizado ocho remolcadores grandes, uno de los cuales, el Baraka 1, tiene una potencia de remolque de 160 toneladas. También se trataba de liberar la proa horadando parte del canal. «Cuatro excavadoras están en la parte delantera» del buque, quitando la arena en el lugar donde la embarcación se ha encallado, añadía en un comunicado. Todo sin éxito.

La armadora propietaria del portacontenedores panameño, la japonesa Shoei Kisen, además de informar de que los 25 nacionales indios que componen la tripulación están ilesos, admitía que liberar el barco es «extremadamente difícil», por más que se están haciendo «todos los esfuerzos para solucionar la situación». Asimismo pidió disculpas por los trastornos que está causando a las navieras. 

Investigación de Panamá

Mientras, Panamá, país de bandera del portacontenedores anunció que abrirá una investigación sobre el accidente. Un percance que, según la gestora de la carga, Bernhard Schulte Shipmanagement (BSM) no se debió a un fallo técnico.

Para la emergencia se ha recurrido a la holandesa Smit -la misma que en su día actuó en el caso del Prestige-, cuyos técnicos, que este jueves se desplazaron a Egipto, valoran si además de retirar el agua de lastre y el combustible, va a ser necesario descargar los contenedores del barco. Y eso ya dejaría en muy optimista la previsión que el martes hicieron los funcionarios del canal de que podría tardarse dos días en enderezar la embarcación. Lo más probable es que se demore semanas.

EE. UU. ha ofrecido colaboración a la Autoridad del Canal de Suez para desbloquear el buque portacontenedores. La administración de la infraestructura está valorando esta oferta, al tiempo que en un comunicado agradeció todos los ofrecimientos recibidos. Añade que confía en resolver pronto la contingencia.

Sacudida en Galicia

La mundial de comercio cifró en 6.000 millones de dólares el importe de la mercancía bloqueada, principalmente contenedores y productos petrolíferos. Y los efectos se notarán en todo el mundo. Sí, en Galicia, también, señala el catedrático de Economía Aplicada Fernando González Laxe. El también director del Instituto de Estudios Marítimos de la Universidade de A Coruña explicó que la cadena global de suministro se va a resentir y, aparte del petróleo, la industria textil, y de componentes electrónicos y la del automóvil, que esperan piezas y materias primas de Asia, serán las más afectadas, con retrasos importantes hasta que se recupere el tráfico.

En una «economía de ensamblaje» como la actual, que «funciona como un mecano» cualquier pieza que falte es capaz de hacer parar toda la cadena. No es nada descabellado suponer que e accidente «pueda hacer parar un turno en Citroën si esto se alarga más de una semana» y la factoría no dispone de stock suficiente.

También sospecha que en Inditex no están nada tranquilos e, incluso, podría resentirse el abastecimiento energético, pues el crudo que consume España viene de Arabia.

Una ruta por la que transitan cada día 4 millones de barriles de petróleo y sus derivados

Los ojos del mercado del petróleo miran hacia Suez. Y no es para menos. Por su canal, ahora cerrado al tráfico por un atasco monumental que podría prolongarse incluso semanas, transitan cada año más de 5.000 petroleros (ahora hay 24 bloqueados) que mueven casi dos millones de barriles al día. Cuatro, si se le suman los derivados del oro negro. Y es que, casi el 10 % del comercio marítimo mundial de petróleo emplea esa ruta. En el caso del gas natural licuado, es alrededor de un 8 %, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Ese bloqueo, de persistir en el tiempo, podría traducirse en problemas de suministro para las refinerías de Estados Unidos Europa, que dependen fundamentalmente de la llegada de los cargamentos procedentes de Oriente Medio. Como también se verá retenido, claro está, el petróleo del mar del Norte que viaja hacia a Asia.

No hay duda de que «cuanto más dure esta interrupción, más probable será que los refinadores/compradores tengan que recurrir al mercado al contado para asegurarse el suministro desde otros lugares», explicaban ayer los analistas de ING en una nota. «Los transportistas también tendrán que decidir si esperan a que el buque portacontenedores se desatasque o si dan la vuelta al cabo de Buena Esperanza. Cualquiera de las dos opciones provocará algunos retrasos», añadían.

Rutas más caras y lentas

La rutas alternativas para transportar el petróleo son más caras y más lentas. En el caso de tener que optar por ellas, muchos envíos de crudo y sus derivados acabarían llegando tarde a su destino, lo que elevaría su precio y acabaría golpeando, finalmente y como siempre, en el bolsillo de los consumidores.

Con todo, y después de la subida del 6 % que registraron el miércoles los precios del barril de brent (el crudo de referencia en Europa), este jueves su cotización bajó algo menos de un 4 %, hasta situarse al cierre del mercado de Londres por debajo de la barrera de los 62 dólares. La explicación, que la nueva ola de coronavirus en Europa y sus posibles consecuencias sobre la demanda pesaron más en el ánimo de los inversores, que el bloqueo de esa vital arteria egipcia para el comercio mundial. La volatilidad, en cualquier caso, está servida. Porque la incertidumbre es mucha.