La Voz de Galicia

Alba Caamaño, «baby organizer»: «Sin prepararse, criar un hijo puede hacerse cuesta arriba»

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YOLANDA GARCÍA BABY ORGANIZER

Su labor es una especialización dentro del pujante oficio de la organización profesional, que en Galicia ya busca hueco y camino con expertas como la artífice de Orana Espacio y Orden

09 Aug 2022. Actualizado a las 12:03 h.

El campo de la organización profesional tiene tanto margen de expansión como áreas de acción posibles. Si pensamos en orden doméstico, encontrar el método ideal y mantenerlo es crucial en una familia. Con hijos, el reto se dispara. La burelense Alba Caamaño creó Orana Espacio y Orden tras llegar a A Coruña desde Australia, donde aprendió el oficio que difundió como nadie Marie Kondo. Y es baby organizer: «Es una especialización enfocada a bebés y familias que nació hace tiempo en Sudamérica, sobre todo en Brasil». Caamaño, formadora en La Escuela del Orden y presidenta de la Asociación de Organizadores Profesionales de España, se dio cuenta cuando ella iba a ser mamá de Oliver de la «gran necesidad de acompañamiento a las familias».

—Cuando llega un hijo, sobre todo el primero, batería de preguntas: ¿Qué necesita?, ¿qué hay que comprar...?

—Hay un desconocimiento muy grande. Creo que lo peor de todo es el mercado. Es algo tan emocional que nazca la criatura que más vas a querer en la vida que quieres darle lo mejor. Sumado a otro componente alrededor, familia y amistades, se da un poco de borrachera a la hora de comprar y muchos padres están perdidos. Aunque te preparases como madre antes del parto, llega el posparto; hablamos de montaña rusa, cómo nos encontramos, las visitas, los hábitos diarios en casa ya no son los mismos... Sin una preparación se puede hacer cuesta arriba. Hay que ser conscientes del factor apego. Creo que nadie es más consciente de la necesidad de un bebé que su madre. Si da el pecho, el tiempo que le puede tener que dedicar es como una jornada laboral de 40 horas a la semana (unas 1.800 al año).

 

—¿Ayuda algo si planificamos antes?

—Desde el embarazo hasta dar a luz se hace una valoración general de qué necesitan los padres y cómo quieren mantener su vida, dentro de una coherencia. Por ejemplo, si el bebé va a dormir el primer año con nosotros urge acondicionar nuestra habitación, no la del bebé. Hay muchas variables que dependen del tipo de crianza, estilo de vida, si hay ayuda externa (la tribu) o no... En mi trabajo insisto en la comunicación y en los profesionales de apoyo con los que colaboro. También es importante contar con un pilar fuerte como la pareja, que sepa qué quieres en cada momento. Es un plan de acción en el hogar, para evitar sorpresas. Es un trabajo muy personalizado donde una parte se define para antes de nacer el bebé y otra para después.

 

—¿Qué hay que saber para afrontar cada una de esas dos partes?

—Antes no se trata de pensar solo en la habitación del bebé, sino en adaptar el hogar a la nueva vida e informarnos mucho, porque la información (con filtro para no volvernos locos) es poder, saber qué va a suceder, pero estar abiertos a los cambios. Para después, hay que hablar de cómo organizar las visitas y dónde, o crear un sistema adecuado para la ropa (la de un bebé dura muy poco tiempo). En este caso podemos tener una caja para la que se usa en el momento y tener delante la que le sirve, otra para la siguiente y otra para la de más tarde. Funciona muy bien. También es útil saber cuántas lavadoras se pondrán a la semana o si hay secadora. Así se programan rutinas, al igual que en la alimentación tener previsto táperes o la lista de la compra online o saber quién va a cuidar al niño si los padres no están. Al principio, hay que ser flexibles con los horarios y hacer una adaptación progresiva a los rituales que también le darán tranquilidad al bebé. Se puede trabajar antes para que sea más fácil, ya que no volvemos a ser los mismos... ¡en la vida!

 

—Ni podemos ser perfectos o querer controlarlo todo.

—Cierto. Hay un concepto de «mami perfecta o Instagram», aunque en las redes sociales también se está empezando a ver la maternidad real. A mí la frase que más me llamó la atención después de tener a mi hijo era la de un profesional y una madre diciéndome: «Eso que te pasa es normal».


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