La Voz de Galicia

Vigo le compró un avión de combate al ejército para la guerra de África

Vigo ciudad

jorge lamas vigo / la voz

La adquisición se realizó por suscripción popular tras el desastre de Annual. La nave llevó el nombre de la ciudad en su alerón de cola

30 May 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Hace un siglo, Vigo compró un avión de guerra para que el ejército español hiciera frente a los independentistas rifeños en el norte de Marruecos. Fue justo después del desastre de Annual, que supuso el aniquilamiento de las tropas del general Silvestre, lo que conllevó la muerte de diez mil soldados, miles de heridos y cientos de prisioneros. España mantenía una guerra colonial en el Rif desde principios del siglo XX contra los independentistas liderados por Abd el Krim, que no pudo ganar hasta 1927.

Annual supuso un duro golpe para la sociedad española. Junto a la indignación popular contra la forma de llevar la guerra por las autoridades, surgió un sentimiento patriótico que llevó a la realización de suscripciones populares para adquirir aviones, un elemento escaso entonces en el ejército español que podía inclinar la guerra hacia su lado.

En Vigo, al igual que en otras ciudades, se creó una comisión destinada a reunir los fondos necesarios para adquirir un aeroplano de combate. El Ministerio de la Guerra aceptó la oferta y propuso dos modelos de aviones, optándose en la ciudad por un biplano D.H. 4 Havilland, motor Rolls Royce. Al mismo tiempo comenzaron los donativos. Los grandes nombres de la ciudad realizan aportaciones en consonancia con sus ingresos, pero también el resto de la ciudadanía estuvo presente con aportaciones de escasas pesetas e incluso céntimos. En poco más de dos meses, la ciudad consiguió reunir más de cien mil pesetas en las tres suscripciones abiertas con destino a la guerra que se libraba en Marruecos.

El 20 de octubre de 1921 era entregado el aeroplano vigués al Ejército, en una ceremonia celebrada en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, en presencia de los Reyes de España. Vigo envió una comisión al acto de entrega del aparato, que se realizó en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. Estaba formada por el director del hospital militar, Alfredo Pérez Viondi; Manuel Otero Bárcena, presidente del Casino; el senador Eladio de Lema; el teniente de alcalde José Fernández y González; y Francisco Gómez Román, representante de Industrias Pesqueras. En las fotos de la época se pueden ver algunos de los miembros de la comitiva ante el avión, que llevaba el nombre de Vigo en el alerón trasero.

Aquel mismo día también se entregaban los aviones regalados por Cartagena, Murcia y Ávila. Con anterioridad, otros seis aparatos ya habían sido entregados por diferentes poblaciones españolas. También fueron regalados otros 12 aparatos por parte de varios adinerados españoles. Vigo fue la única localidad gallega que asumió el reto, aunque también es cierto que hubo aportaciones de poblaciones próximas.

El día 2 de noviembre, se reunió en Vigo la comisión gestora para liquidar las cuentas. El avión, adquirido en el Reino Unido, costó 32.499,60 pesetas. A esta cantidad hubo que añadirle 240 pesetas de impuestos y gastos. La comisión informó que habían sobrado 7.776 pesetas, tomándose el acuerdo de entregar esta cantidad a la Junta de madres de soldados en África. El avión Vigo llegó a Melilla sin novedad el 4 de noviembre de 1921 y al día siguiente ya comenzaba a bombardear las posiciones enemigas.

El capitán Eduardo González-Gallarza fue el primer piloto del Vigo, desde el que lideró la escuadrilla que a principios de noviembre partió hacia Melilla. Cinco años más tarde, Gallarza se convirtió en un héroe de la aviación al participar junto a los pilotos Loriga y Rafael Martínez en el vuelo Madrid-Manila. Con el estallido de la guerra, Gallarza se alineó con las fuerzas franquistas. En 1945, sería nombrado ministro del Aire, puesto que ostentó hasta 1957. En 1951, dio el impulso definitivo a la construcción del aeropuerto de Peinador, cuya inauguración presidió tres años más tarde.

Gallarza pilotó el Vigo hasta el verano de 1922, cuando fue trasladado a la escuadrilla de Napier. Los 45 DH4 Havilland del Ejército dejaron de operar poco antes de 1926. Antes, protagonizaron los primeros bombardeos nocturnos de la aviación militar española. 35 fueron derribados por los disparos desde tierra del enemigo.


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