Tratando con leche la alergia a la leche
Vigo ciudad
Los alergólogos y pediatras del Chuvi usan una terapia para el huevo y la proteían de la leche, que consiste en dar pequeñas dosis del alimento y aumentarlas; han curado a 21 personas
22 Jan 2018. Actualizado a las 21:16 h.
Los pacientes con graves alergias alimentarias nunca se apartan de un kit de emergencia. Porta adrenalina, que se deben pinchar de manera inmediata si se desencadena una reacción por haber tenido contacto con el alimento peligroso. Las alergias pueden provocar la muerte. Por eso el tratamiento que históricamente se ha utilizado ha sido el mismo: evitar el ingrediente que causa reacción.
Pero no es tan fácil como parece. Un alérgico a la proteína de la leche puede pensar que con no ingerir leche o derivados tiene el problema resuelto, pero las trazas de ese producto pueden aparecer en muchas otras comidas. Así que el enfermo tiene que estar muy atento. «Si un niño alérgico a la leche come accidentalmente un trozo de una tarta que contenga trazas de leche o incluso si come de una cuchara que haya tenido contacto con esa tarta puede tener una reacción alérgica potencialmente grave», ilustra la pediatra Sara Pereiro, de la unidad de alergia y asma pediátrica del Álvaro Cunqueiro.
Pero la prohibición no es la única solución. En Vigo, en los últimos años se ha implantado un tratamiento alternativo. Se conoce como inmunoterapia oral. Consiste en introducir pequeñas dosis del alimento en cuestión de una manera controlada. Hay protocolos estrictos sobre las dosis, que se administran siempre por debajo del umbral de respuesta del sistema de defensa del cuerpo. Suele hacerse dentro del propio hospital. La dosis es creciente, para que el cuerpo vaya acostumbrándose poco a poco.
«Hemos tratado a 16 pacientes», dice Sara Pereiro. Han sido nueve niños alérgicos a la leche y siete alérgicos al huevo. Solo en un caso el niño abandonó el tratamiento. El resto funcionaron y curaron la alergia. El servicio de pediatría tiene otros cuatro casos en marcha en este momento. La inmunoterapia oral se hace desde los seis años en adelante porque esa es la edad a la que desaparecen muchas alergias, según la médica. Han tratado a niños y niñas de prácticamente todas las edades.
En el servicio de alergología empezaron hace unos tres años. Han curado ya a seis personas: cinco alérgicos al huevo y uno a la lactosa. Todos los casos tratados han sido exitosos y tienen más en marcha. La jefa de servicio, Carmen Marcos, explica que la proteína de la leche suele tratarse más en la infancia.
Cada caso es distinto. «Aunque en todos conseguimos que toleren la ingesta de alimentos con huevo, en unos pacientes se consigue desensibilizarlos pero tienen que tomar diariamente una cantidad fija del alimento, que es lo que mantiene su estado de tolerancia inmunológica». En otros casos, el paciente no tiene ninguna restricción ni dosis diaria que cumplir.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica advierte que el miedo a las reacciones adversas es el principal freno a la aceptación de estos tratamientos. Y es precisamente el miedo lo que subraya la doctora Marcos como un gran avance en la calidad de vida: «El paciente pierde el miedo a presentar nuevas reacciones alérgicas».