La Voz de Galicia

Tres años de cárcel para el conductor que iba a 200 kilómetros por hora y causó un accidente mortal en Gondomar

Vigo

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

El implicado tendrá que indemnizar con más de 325.000 euros a la novia del fallecido, amigo del conductor

11 Sep 2018. Actualizado a las 17:19 h.

Un joven conductor de Gondomar que iba a 200 kilómetros por hora y causó la muerte de un amigo en un accidente ha sido condenado a tres años de cárcel por conducción temeraria. El mismo delito incluye un homicidio por imprudencia grave y tres más de lesiones por imprudencia. Le privan del derecho a conducir durante cinco años. Además, deberá abonar un total de 325.000 euros a las víctimas. A mayores, junto con su compañía aseguradora, abonará un suma sin determinar a un perjudicado.

El tribunal le absuelve de circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas, la jueza tiene dudas de que la tasa positiva alcance el nivel para ser una conducta penada. No obstante, tiene en cuenta que sí bebió para imponer el resto de la condena e incluso enviará la sentencia a la Dirección General de Tráfico para que le multe por una falta administrativa.

Los hechos ocurrieron a las siete de la mañana del 18 de septiembre del 2016 en una carretera de Gondomar, cerca de un centro escolar, y en un tramo limitado a 50 kilómetros por hora. El implicado, que llevaba consigo a cuatro amigos que habían salido de copas toda la noche por Baiona y Vincios, aceleró su coche de alta gama Mercedes hasta cerca de 199 kilómetros por hora y tuvo que girar bruscamente para eludir una curva y se estrellaron contra un muro y rebotaron. El amigo que iba sentado en medio del asiento trasero, sin el cinturón de seguridad, salió despedido por el parabrisas y murió. La novia de la víctima y otros dos amigos sufrieron invalidez. El coche era de la empresa del padre y, cuando aceleró, varios amigos le rogaron que bajara la velocidad «bestial» que llevaba, súplicas de las que hizo caso omiso.

La viuda será indemnizada con 100.000 euros por el fallecimiento de su novio, con el que convivía, y otros 225.000 por las lesiones temporales, las secuelas estéticas y funcionales, así como los gastos y partidas adicionales. 


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