La Voz de Galicia

Desde Escocia hasta Chandebrito: cinco grandes ideas contra los incendios forestales

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Redacción La Voz
Alumnos del colegio Salesianos plantan árboles en Chandebrito

Por todo el mundo surgen proyectos para prevenir el fuego y repoblar los bosques

22 Feb 2019. Actualizado a las 17:11 h.

El desastre forestal ocurrido hace dos años en Chandebrito, Nigrán, marcó un punto de inflexión en la memoria colectiva de los gallegos. El fuego arrasó la zona en pleno octubre, con las llamas llegando al propio casco urbano de Vigo. El incendio se llevó las vidas de tres personas, dejando una herida imborrable en la comunidad y un paraje desolador en los días posteriores al suceso.

La peor oleada de incendios de la década sirvió también para el nacimiento de iniciativas partidas desde la ciudadanía que buscaban evitar nuevos desastres y repoblar los bosques lo antes posibles. Una de ellas fue la nacida bajo el título «Árbores de Cinza», una campaña de la Asociación Galicia Ambiental que tenía como objetivo recaudar donativos para reforestar las zonas devastadas.

Los organizadores recogieron testimonios como el de José, un vecino del lugar que se negó dejar su hogar durante aquella trágica semana porque «le ardía todo». Las cenizas lo cubrieron todo, y la campaña «Árbores de Cinza» decidió revertir la situación. Coincidiendo con la llegada de la Navidad, decidieron empaquetar las cenizas en pequeñas bolsas. El proyecto vendía estos paquetes a cambio de una recaudación, destinada íntegramente a la compra de especies autóctonas a repartir entre los vecinos de Chandebrito, donde hubo unos 4.000 desplazados por el fuego.

También allí, Abanca impulsó la campaña «Unha árbore nova», que se fijó el reto de plantar 6.000 árboles de especies frondosas. Con el asesoramiento de la asociación ecologista Hábitat, se han ido plantando castaños, robles, abedules, alisos, cerezos, acebos y nogales en Chandebrito.

Andrés Pereira, miembro de Hábitat, señalaba entonces que las especies autóctonas ralentizan el avance del fuego, funcionando como una especie de «amparo» ante la acción de las llamas. La idea allí es construir con estas acciones de regeneración forestal «un mosaico más diverso». La entidad financiera también organizó una campaña de recogida de semillas con voluntarios en el Parque Natural de As Fragas do Eume, un vergel forestal que resultó severamente dañado por las llamas en el 2012.

Otra iniciativa nacida en Chandebrito fue la construcción del Bosque da Memoria. La iniciativa de Galicia Ambiental busca recordar la tragedia forestal con seis pequeñas plantaciones de especies autóctonas de Galicia, entre las que se encuentran el roble, el nogal o el castaño. Además de los 48 árboles iniciales, se incluirán unos carteles informativos que ayudarán a que los incendios del 2017 no queden en el olvido.

Fuera de Galicia, la Asociación Nacional de Bomberos Forestales creó una original protesta contra la Ley de Montes aprobada en 2015. Bajo el nombre «[Fo]rest in Peace», invitaban a la ciudadanía a pedir en sus municipios que los terrenos arrasados por las llamas fuesen recalificados como cementerio. Los camposantos cuentan con un perímetro de 500 metros en el que no se puede construir. La intención del colectivo era prevenir que los especuladores incendiasen los bosques para luego levantar urbanizaciones en el lugar.

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Y saliendo de España, desde las Highlands escocesas proponen, por un módico precio, convertirte en lord o lady. La Highland Titles, fundada por el doctor Peter Bevies y su hija Laura, adquirió el bosque de Glencoe en el 2007. A partir de entonces, empezaron a vender parcelas familiares con el fin de financiar la plantación de nuevos árboles. Las parcelas son de diversos tamaños, empezando por una inferior al metro cuadrado. Su precio es de 38 euros, lo que sirve para financiar la plantación de un árbol autóctono y otorgar el título de laird, lord o lady de Glencoe al comprador.

La idea inicial aquí es restaurar la tierra altamente devastada por siglos de ganadería y silvicultura comercial «no siempre responsable», si bien es una idea que puede adoptarse en el caso de Galicia, donde el principal peligro para los bosques sigue siendo el fuego.

 


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