La Voz de Galicia

Madrid, centrifugadora del coronavirus: la ausencia de contención contagia el país

Sociedad

manuel varela redacción / la voz
Un hostelero en Madrid, el viernes

La segunda víctima mortal en Galicia se trata de un hombre de 81 años que habría llegado desde la capital española

16 Mar 2020. Actualizado a las 17:35 h.

El primer contagiado en Madrid llegó de Italia el 23 de febrero y presentó síntomas el 25. En menos de una semana había 50 casos en la región, en una progresión exponencial que duplicó el número de pacientes en la Comunidad de Madrid en solo dos días, superando ayer los 3.500. Sin restricciones de movimiento para la población hasta la aplicación del estado de alarna decretada el sábado, el COVID-19 encontró la libertad que precisaba para propagarse por todo el país.

Un hombre residente en Madrid que se desplazó a A Coruña para hacer una entrevista de trabajo se convirtió en el primer caso gallego. En Santiago, el coronavirus llegó con un joven estudiante que volvía de la capital. Mismo origen tenía el primer ingresado por el virus en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, un hombre de 81 años que, a falta de confirmación oficial por el Sergas, se trataría de la segunda víctima mortal en la comunidad, tras la mujer de 92 años que murió en Vigo y que, según fuentes de la Consellería de Sanidade, se trataba también de un caso importado. El Sergas terminó por considerar sospechoso de coronavirus cualquier caso en el que el paciente presentase síntomas y procediese de Madrid.

Críticas al turismo madrileño

«Hay gente que llegó de Madrid y sigue llamando para ver si le abrimos el restaurante», criticaba el sábado un hostelero de A Pobra. En Sanxenxo, el concello con mayor carga poblacional por segundas residencias en Galicia, decenas de madrileños comenzaron a instalarse en las últimas fechas pese a la evolución exponencial de los contagios en la ciudad. El Concello ordenó el cierre de las playas del municipio y, con la obligación de cerrar restaurantes, bares y tiendas, la presencia de turistas se redujo en Sanxenxo y en otros municipios turísticos de la zona como O Grove y Poio.

En A Mariña, el anuncio de un apartamento de uso turístico con vistas al mar «para el COVID-19» indignó a los vecinos de Barreiros y al propio Gobierno local, que puso la oferta en manos de la Guardia Civil por si decidía emprender algún tipo de acción. En la Costa da Morte, el alcalde de Fisterra, José Marcote, reprochó que «o normal nestos casos é non deixar saír á xente de onde está», en referencia a los madrileños que llegaron a la comarca.

La situación se repitió en el resto de destinos turísticos de la Península, especialmente en el Levante. El presidente del parlamento de la Comunidad Valencina, Enric Morera, culpó a los madileños de estar «exportando el virus» por su llegada a las localidades costeras, donde muchos cuentan con segundas residencias para el verano, e instó el viernes a cerrar Madrid. La avalancha de desplazados desde la región coincidió con que Valencia viese ayer su número de afectados duplicados en un solo día. Preguntada por el efecto causado por los turistas procedentes del interior, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, abrió la puerta a esa posibilidad: «El aumento considerable desde ayer (por el sábado) hasta hoy (domingo) en la provincia de Alicante hace pensar a los técnicos que puede ser esta la causa».

En Murcia, la última comunidad en detectar el primer ingreso por coronavirus, las autoridades sanitarias anunciaron que los casos de nuevos infectados llegaban de Madrid. El Gobierno de Fernando López Miras decretó el viernes el confinamiento en el litoral. «Lo que eran llamadas al sentido común y a la responsabilidad ahora se tienen que convertir en medidas mas drásticas», justificó López Miras. Y en Ceuta, donde hasta el sábado no se había detectado ningún caso, dio positivo un estudiante que había regresado desde Madrid.

Sin contener la propagación

El Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso tomó las primeras medidas drásticas el pasado miércoles, con la suspensión de las clases escolares. El viernes, antes de que Pedro Sánchez anunciase el decreto por el que pondría al país en cuarentena mediante el estado de alerta, Ayuso reconoció que desconocía si el Ejecutivo acabaría ordenando el cierre de la Comunidad de Madrid, una medida que ya se había empleado en la ciuadad china de Wuhan, donde se considera que se originó el brote, o en la región de Lombardía, en Italia.

Las medidas de contención contra el virus llegaron demasiado tarde. Cuando en Milán se decretó el cierre de la región Lombardía, el índice de casos era de 260 por cada millón de habitantes. En Madrid, donde no se cerró la provincia pese a que el estado de alerta limita los movimientos de todos los ciudadanos, la proporción es de 440. La comunidad alcanzó ayer los 213 muertos mientras la curva de contagios por el virus mantiene su ascenso exponencial.


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