La Voz de Galicia

El hambre no remite: 821 millones de personas en el mundo no tienen qué comer

Sociedad

EFE

El número de afectados por la subalimentación continúa creciendo, según datos de la ONU. El problema afecta ya a uno de cada nueve individuos

11 Sep 2018. Actualizado a las 13:47 h.

821 millones de personas pasan hambre en el mundo, según el informe de la ONU sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición que recoge datos del 2017. Son 17 millones más que en el 2016 -una de cada nueve-, cuando la cifra de afectados por la subalimentación (carencia crónica de alimentos) de situó en 804 millones. El problema no remite; hemos vuelto a los niveles del 2010.

Confirman los datos la tendencia del crecimiento después de que en el 2016 aumentara por primera vez en más de una década por el impacto de conflictos y desastres naturales. En esta ocasión, ha sido crucial el menor consumo de alimentos per cápita en algunos países y la mayor desigualdad en el acceso a los alimentos en otros, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

África vuelve a ser el continente con la mayor prevalencia de subalimentación, que afecta a más de 256 millones de personas (un 20 % de su población), entre otros motivos por el impacto de fenómenos meteorológicos extremos y conflictos en diversas regiones. Esos factores también explican en parte que la tendencia a la baja del hambre pueda estar ralentizándose en Asia, que sigue albergando al número más alto de individuos que la sufren, 515 millones de personas (11,4 % de su población).

En América Latina y el Caribe el hambre creció ligeramente hasta los 39 millones de personas en el 2017 (6,1 % de su población), según las estimaciones, que reflejan sobre todo un deterioro de la situación en Sudamérica por la desaceleración económica.

El aumento del hambre sigue, sin embargo, sin reflejarse en la tasa global de retraso del crecimiento infantil, que el año pasado se situó en un 22 % de los menores de cinco años (en el 2012 era un 25 %), lo que representa un total de 151 millones. Más de 50 millones de niños tienen un peso bajo para su estatura y otros 38 millones sufren sobrepeso, según el informe. La obesidad en adultos está agravándose y afecta a más de 672 millones (uno de cada ocho), y la anemia entre las mujeres en edad fértil, también al alza, es un problema para 613 millones (una de cada tres).

Ante este escenario, la ONU reclama más esfuerzos de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, así como prestar más atención a los grupos más vulnerables (como lactantes y menores) para poder acabar con el hambre y la malnutrición en el mundo para el 2030, como fija la agenda de desarrollo sostenible.


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