Identifican como grave el «síndrome de la abuela esclava»
Sociedad
Las mujeres mayores de 50 años que padecen estrés visitan frecuentemente los servicios de urgencia El cardiólogo Antonio Guijarro ha editado un libro en el que explica y comenta lo que él denomina «síndrome de la abuela esclava», una enfermedad «muy frecuente y grave» entre mujeres mayores de cincuenta años. Aunque habitualmente no se diagnostica, para Guijarro el mal provoca «reiteradas visitas a hospitales y servicios de urgencia y a veces les impulsa al suicidio». La ventaja es que «tiene cura si se identifica a tiempo» y se adoptan las medidas «higiénico-familiares» adecuadas.
28 Oct 2001. Actualizado a las 06:00 h.
Antonio Guijarro es jefe clínico del hospital Universitario San Cecilio de Granada, lleva veinte años ejerciendo de cardiólogo y ahora con su libro El síndrome de la abuela esclava (Grupo Editorial Universitario) identifica una dolencia que ha visto cientos de veces en su consulta. El libro explica todo lo relacionado con el mal e incluye comentarios e historias de abuelas esclavas reales. Según sus declaraciones, Guijarro cree que el citado síndrome es fruto del agotamiento y estrés crónico, tanto físico como emocional, y que se produce porque las enfermas se sienten en la obligación y con la responsabilidad directa de cumplir varias tareas con eficacia, puntualidad y acierto. Niñas obedientes El perfil psicológico y social de las pacientes es el de una una mujer que ha crecido en los años de posguerra y hambre, que «fue una niña buena, obediente, recatada y primorosa», educada a trabajar y obedecer sin rechistar «para no empeorar las cosas». De adolescente, indicó el especialista, no le enseñaron casi nada, pero le inculcaron un excesivo sentido de la dignidad y el pudor. Ahora son amas de casa con responsabilidades familiares que resultan una sobrecarga, pero nunca se quejan. Estas mujeres comienzan además a sentir la incomprensión de aquellos a quienes han entregado lo mejor de sí mismas, pero por razones de educación sienten un injustificado pudor para confesar su agotamiento y son incapaces de pedir auxilio. Incluso muchas niegan que sea una carga para ellas y afirman que están encantadas de hacerlo. Desde su práctica médica, Guijarro aconseja que debe sospecharse del síndrome de la abuela esclava en toda mujer con responsabilidades familiares que presenten síntomas crónicos rebeldes o enfermedades comunes que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales. No delegan Habitualmente la paciente suele negar durante los primeros interrogatorios que esté sometida a estrés, pero sí suelen empeorar de sus dolencias ante el olvido de los hijos en su cumpleaños, una mancha en la camisa de su marido, un nieto que no vuelve a la hora de la cena, un hijo que se separa, la hora de la comida, viajes o vacaciones obligadas, desprecios, impertinencias .... Los familiares suelen permanecer ajenos al tipo y grado de agotamiento que sufre la abuela, a veces son parcialmente conscientes pero a la vez consideran que la única culpable de la situaciones creadas es la propia abuela, que se niega a delegar sus funciones y responsabilidades.