La Voz de Galicia

El psicólogo que saca lo bueno de los adolescentes

Pontevedra ciudad

maría hermida pontevedra / la voz

Aprender a mirar con otros ojos al joven que suspende o al que no ordena su cuarto; no centrarse solo en su parte negativa, sino ver qué hay de bueno en él e incentivarlo. Todo ello lo cuenta Roberto en un libro

22 Feb 2019. Actualizado a las 05:00 h.

Habría que comprobarlo. Pero, seguramente, el psicólogo Roberto Antón -Pontevedra , 1976- es de esas personas que, ante una escena que haría chillar a cualquiera, él lograría mantener el tipo, suspirar y actuar con serenidad. Aporta calma dentro y fuera de la consulta y a cualquier hora del día. Parece nacido para su oficio; el de ser oreja del comportamiento humano, aunque él confiesa que un cuarto hora de antes de elegir la carrera no tenía claro que pondría Psicología como primera opción. Menos mal que lo hizo. «A veces lo hablo en casa y le digo a mis hijos que no me cambiaría ni por el mejor futbolista del mundo ni por cualquier artista. Me encanta lo que hago, me hace feliz», dice. ¿Y qué hace? Por las mañanas es el coordinador del colectivo Meniños en Pontevedra y por las tardes tiene consulta privada. Lleva 18 años ejerciendo y es especialista en familia y juventud. Además, acaba de cumplir un sueño: publicar su primer libro. Se llama Adolescentes 2.0 y brinda la excusa perfecta para charlar con él al lado de su bici y en un despacho con alfombra verde esperanza.

Para contar la historia del libro, casi, casi, hay que viajar a cuando Roberto era todavía estudiante de Psicología y la carrera no acababa de llenarle. Entonces, tuvo un profesor que lo cambió todo: «Me enseñó lo que ahora yo pretendo transmitir en el libro, y lo que yo aplico cada día. Tratar de ver el mundo con otros ojos, buscando la parte positiva de las personas y no centrándome en el problema que tienen. Se trata de incentivar esa parte positiva, sana, y que ella sola vaya empequeñeciendo el problema», explica. Así, Roberto dice que la palabra adolescencia suele generar urticaria general. «Parece que lo único que hay en la adolescencia son problemas y ya le estamos avanzando a nuestros hijos que, cuando lleguen a esa etapa, la cosa va a ser complicada. Y al final, esa autoprofecía se acaba cumpliendo», dice.

Él lo enfoca de otra manera. Ve la adolescencia como una etapa de cambios, de efervescencia y recuerda que muchos grandes personajes empezaron a construir sus proyectos sus proyectos en esa etapa de la vida. «Por ejemplo, Malala, que fue Premio Nobel a los 16 años», indica. Rompe una lanza a favor de los jóvenes, que para él son «presuntos inocentes» y cuenta que lo primero que hace cuando un chaval se sienta en la consulta, bien porque no estudia bien porque tiene problemas con las drogas o porque no colabora en casa, es preguntarle, más allá del problema, por las cosas que hace bien. «Y siempre aparece algo. Puede ser que le guste hacer deporte, que le guste la música... siempre hay algo bueno de lo que ir tirando. Si logramos incentivar esa parte, hacerla grande y que ocupe mucho más espacio en su vida, es probable que el resto vaya mejorando. Por ejemplo, si aparece el deporte, es bastante incompatible con fumar porros».

Dice que a él le ha dado mucho mejor resultado ver lo bueno del adolescente que redundar en el problema y repetir machaconamente los consejos que el chaval seguramente ya escuchó en clase y en casa sin que surtiesen efecto. Su forma de trabajar, eso sí, implica a la familia. «Ocurre a veces que los padres traen al adolescente, lo dejan y dicen que se van a tomar un café. Yo les digo que no, que se sienten y que vamos a hablar entre todos», indica.

 

Con sus propios hijos

En realidad, esa forma de trabajar es también su filosofía de vida. Aunque dice que es más fácil dar consejos en el despacho que aplicarlos en casa, asegura que su método le funciona «bastante bien» con sus propios hijos. Por ello decidió contarlo todo en un libro-manual especialmente dirigido a profesionales que traten con adolescentes, sean profesores, psicólogos, monitores u orientadores. Se llevó una sorpresa cuando le pasó la publicación a algunos amigos suyos, ajenos a los citados campos profesionales, únicamente padres, y le dijeron que a ellos también les había servido de guía. «Procuré no ser muy técnico, así que quizás también ayude a los padres», indica Roberto con sonrisa.

Tenía pensado editarlo él mismo, pero una editorial ha asumido el trabajo. Espera que esté a la venta en las librerías pontevedresas. De momento, a él le llegó hace solo unas horas. Ayer enseñaba la colorida portada y en sus ojos se reflejaba la emoción. El libro está dedicado a Aurora y David, sus padres, ya fallecidos. Dice Roberto que les hubiera hecho ilusión ver que fue capaz de escribir un libro. Ellos no podrán alegrarse. O sí. Quién sabe. Lo que es seguro es que los consejos de Adolescentes 2.0 ayudarán a que otros padres logren sentirse orgullosos de sus hijos antes de que resulte demasiado tarde.


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