La Voz de Galicia

Tres pontevedresas figuran entre las diez personas más longevas de Galicia

Pontevedra ciudad

maría hermida pontevedra / la voz

La más mayor, con 109, es de Ponte Caldelas y las otras dos, de Cuntis y Pontevedra

10 Dec 2017. Actualizado a las 18:45 h.

Dicen en Ponte Caldelas que el agua del lugar del lugar de Tourón tiene la pócima de la eterna juventud. Algunos señalan que es una leyenda urbana. Y otros le dan crédito al dicho. El caso es que en esta aldea vive Alsina Tomé, que a sus 109 años largos -su cumpleaños es en febrero- es la tercera persona más longeva de Galicia y la más mayor de la comarca de Pontevedra, y en esa misma aldea reside también Sara Maquieira, que ya tiene un pie en los 105 años y que en enero celebró los 104 tocando la pandereta. Así que es normal la fama de Tourón como capital de la eterna juventud. Aunque, para ser justos, hay que decir que toda la comarca de Pontevedra está bien situada en cuanto a longevidad. No en vano, en el exclusivo top ten de mayores de Galicia, la zona tiene tres representantes. Es un trío de mujeres.

En cuanto a las las personas con más edad de Galicia, a la vecina de Ponte Caldelas Alsina Tomé solamente le ganan Avelina Mouzo, una anciana de Camariñas que peina los 112, y Celestina Penabad, una lucense de Xermade que va por los 110 años, tal y como atestigua Emilio Ibáñez, experto en centenarios. La siguiente representante de la comarca de Pontevedra en esa lista de las diez personas más longevas de la comunidad gallega es Josefina Villaverde, de Cuntis, que a sus 108 años recién cumplidos figura en el sexto puesto dela tabla gallega.

Por detrás de ella, en séptimo lugar en cuanto a supercentenarios está una mujer bien conocida en Pontevedra, Lulú Vázquez, que a sus 107 sigue siendo una asidua a las tertulias mañaneras en los bancos de A Ferrería con su grupo de amigas, todas ellas igualmente entradas en años. Alguien les llamó un día las chicas de platino y a ellas les encantó el sobrenombre.

A estas alturas, seguramente muchos se pregunten si no hay ningún hombre de la comarca de Pontevedra entre las personas más longevas de Galicia. Pues no. Ni en los diez primeros puestos ni bastante más atrás, según los datos que va recogiendo el especialista Emilio Ibáñez. Si en vez de observar la lista gallega de personas de avanzada edad se visualiza la de toda España, se concluye que la vecina de Ponte Caldelas Alsina Tomé figura en el puesto número 36. Es decir, de los más de 46 millones de españoles que hay en el país solamente 35 personas son mayores que ella. La nieta que se encarga de su cuidado se queda asombrada con la estadística. Lamenta, eso sí, que la salud de su abuela esté actualmente mermada. En cuanto a si el agua de Tourón es la que obra del milagro de que Alsina siga viva a los 110, ella señala: «Yo creo que eso es un mito, no creo que el agua tenga mucho que ver. Lo que sí es cierto que los hermanos de mi abuela también fueron centenarios».

Lulú vive sola a los 107 y da paseos a diario y Josefina, de 108 todavía milita en el PSOE

Si bien Alsina, de 109 no goza de buena salud y apenas tiene movilidad, bastante mejor se encuentran tanto Josefina, y Cuntis y de 108 años, y Lulú, de Pontevedra y con 107. De la segunda habla su bisnieto Isaac, que cuenta que su bisabuela todavía milita en el PSOE, un partido que ya le rindió numerosos homenajes. Dice que Josefina, que ya no sale de casa, sigue las noticias por la televisión y de cuando en vez las comenta. A uno de los últimos políticos que recibió fue al socialista Leiceaga, y se mostró encantada con la visita.

Por Lulú no hace falta que hable nadie. Ella sola se basta y se sobra. De hecho, aunque tiene la familia pegada, vive sola. Eso sí, tal y como ella muy bien explica, si sufre algún percance enseguida pulsa el chivato de Cruz Roja que lleva en el pecho y la atienden ante cualquier emergencia. Lulú dice con orgullo que se ducha, se viste y se peina sola. De hecho, lo hace con tanto esmero que siempre parece que acaba de ir a la peluquería: «A mí me dijeron siempre que los mayores teníamos que ir muy arreglados, así que yo me procuro peinar bien a diario y también me pinto los labios... es lo único que me pinto».

Con Lulú uno puede hablar durante horas. Su charla es animada y lo mismo recuerda la Guerra Civil y la angustia de tener dos hermanos en el frente y un cuñado que viajó a Madrid y las pasó canutas para volver que habla de la actualidad, de Cataluña o de que en Pontevedra faltan adornos navideños. Lulú se casó tarde, dice ella. Tenía 38 años y no tuvo hijos. Desde que enviudó vive sola. Y está orgullosa de ello. «De momento puedo», dice.


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