La Voz de Galicia

La resistencia de las «chicas de platino» de Pontevedra

Pontevedra ciudad

maría hermida pontevedra / la voz

Pasan los veranos y ahí siguen ellas, sentadas en A Ferrería. La mayor, Lulú, ya ha cumplido los 107 años

13 Aug 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Puede que no tengan todavía un club de fans. Pero debe faltarles poco. Lulú, Matilde Bala, Matilde Vicente y Marien, las mujeres bien entradas en años que se sientan cada día en un banco de A Ferrería y se resguardan del sol con sombrillas de tela -que no paraguas, como ellas corrigen a quien ose llamarles así- charlan desde su asiento con un importante número de turistas cada día. Son muchos a los que le llama la atención verlas así, tan elegantes y risueñas y, sobre todo, son muchos los que, una vez que las conocen un verano, al año siguiente corren de nuevo al banco para ver si siguen bien. ¿Y continúan bien? Ellas dicen que no, que tienen muchos achaques. Pero cuando confiesan sus edades y cuentan cómo es su día a día se constata que resisten mejor que bien el paso del tiempo. Eso sí, del año pasado a este hubo una pérdida, la de Corusa, que falleció este invierno a punto de convertirse en centenaria. «Era la que peor salud tenía y se murió en marzo», cuentan sus amigas.

Estas cuatro mujeres, a las que algún día alguien bautizó como «las chicas de platino de Pontevedra», apelativo que les encanta, se mueven en una horquilla de edad digna de elogio. Lulú, la veterana, peina los 107 años. Se queja mucho de que no puede salir sola a la calle porque le fallan las piernas. Pero es capaz de recordar historias de la Guerra Civil, de ponerle nombre a su primer novio, de traer al presente a un pretendiente «que en mi casa no gustaba, porque era un poco así maleante, pero a mí me encantaba porque era guapísimo» y de explicar que se casó a los 38 y no tuvo hijos. Al elogiar su buena memoria, indica: «Eso sí, la cabeza la tengo intacta», confiesa entre risas.

 

Esperando el Barça-Madrid

La acompaña en la tertulia callejera y mañanera un dúo de Matildes. Una es Matilde Bala, que tiene 97 años y que aparenta la más dispuesta de todas. De hecho, en cuanto alguna no entiende una pregunta, ella aclara todo. «Estamos todas bastante bien, no podemos quejarnos», dice. La otra Matilde se apellida Vicente y cumplió los 93. Va en silla de ruedas y, como el resto, tiene buena memoria y humor excelente. Al preguntarles de qué toca hablar ese día, Matilde Vicente indica: «Yo hoy estoy con el fútbol, que me encanta. Les estoy contando que este fin de semana juega el Madrid y el Barcelona, eso sí que no me lo pierdo yo».

El cuarteto lo completa Marien, con 91 años, gran jugadora de brigde. Ella indica que, en vísperas de la Peregrina, toca hacer planes también para las fiestas. Quieren, como mínimo, ver la procesión. Cuentan también que echan de menos a Chelo, «la niña», que está en su finca de veraneo. ¿Qué edad tiene para que la llamen la niña? Pues va por los 90. Y claro, es una niña al lado de Lulú, que le saca 17 primaveras.


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