La Voz de Galicia

La homeopatía es una terapéutica segura

Opinión

Gonzalo Fernández Quiroga Médico homeópata y portavoz de la Asamblea Nacional de Homeopatía

06 Jun 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Los medicamentos homeopáticos son los medicamentos más seguros de la oficina de farmacia. Y hay datos que así lo demuestran. De los 1.159 casos reportados de efectos secundarios relacionados con esta terapia en todo el mundo durante más de 30 años, el 90 % de ellos fueron leves y solo 8 supuestos indirectos fueron debidos a sustituciones. Unos medicamentos perfectamente regulados y que incluso en algunos de los países europeos más avanzados están financiados por los sistemas públicos de salud. Unos medicamentos que utilizan más de 400 millones de personas en el mundo, perfectamente compatibles con los convencionales y que pueden administrarse, por su perfil de seguridad, a embarazadas, bebés o personas mayores.

Por ello causan extrañeza algunas afirmaciones sobre esta terapia que solo denotan desconocimiento o frivolidad. Cuando, según algunos estudios, los efectos secundarios de los medicamentos convencionales -que son los nuestros también, para que quede bien claro- se han convertido en la tercera causa de muerte en los países industrializados, parece irónico referirse a la homeopatía en según qué términos.

La homeopatía es una herramienta más al servicio de los profesionales sanitarios que se integra y complementa con otras terapias. Y no sustituye a otros tratamientos farmacológicos cuando, en función de la patología y el caso, estos son necesarios.

Somos médicos y utilizamos todos los métodos que creemos que pueden ayudar a nuestros pacientes. Y estos aprecian la homeopatía por su humanidad y su abordaje global, no solo de sus problemas físicos, sino también los emocionales y sus circunstancias vitales. Pero, sobre todo, ambos, médicos y pacientes, la apreciamos por sus resultados.

La homeopatía suma y ayuda a los pacientes, que es el objetivo primordial que tenemos todos los médicos. Y los pacientes, más allá de todas las polémicas, lo saben por su experiencia o la de sus familiares y amigos.

Por ello, insistimos una vez más en la necesidad de una formación adecuada a los profesionales sanitarios para asegurar que aquellos que la ejerzan toman las mejores decisiones: evitar el intrusismo y garantizar los derechos de los pacientes.

Finalmente, y aunque también pueda parecer sorprendente, pedimos respeto para unos médicos que utilizamos unos medicamentos totalmente legales y regulados y que, como el resto de nuestros compañeros, estamos enteramente entregados a la búsqueda de la salud y el bienestar de nuestros pacientes.

Un respeto y una tolerancia que, como decía Gandhi -por cierto, gran defensor de la homeopatía-, nos sirvan para que hagamos dentro de cada uno de nosotros el cambio que queremos ver en el mundo.


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