El Gobierno sorprende al sector al incluir la quenlla entre las especies que requieren más protección

El Consejo de Ministros aprobó este viernes un acuerdo mediante el que se suma a la modificación de la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias (CMS), que reforzará la protección de 34 especies que se consideran en peligro. Seis de las afectadas por el cambio en el tratado internacional tienen su área de distribución en España y entre ellas está el tiburón azul, también conocido como quenlla o tintorera, y que forma parte de las especies objetivo de los palangreros de superficie gallegos. Entraría con el angelote y el tiburón arenero en la categoría de especies amenazadas, aunque un peldaño más abajo que el pez guitarra común, cuya población mediterránea está «en peligro de extinción», según el Gobierno. Si este caso extremo supone, entre otras cosas, la «prohibición de extraer ejemplares de su ambiente natural», en los que se sitúan en el Apéndice II, como la quenlla, y que recoge las «especies migratorias en situación desfavorable», el compromiso es «articular acuerdos internacionales para su conservación y gestión con otros países de su área de distribución».

Para el tiburón azul, España mantiene activas medidas de conservación desde el año 2009, se explica en el comunicado. Así «se prohíbe su captura salvo mediante el arte de palangre de superficie, tenencia a bordo o comercialización».

De amplia distribución

Con todo, la decisión ha cogido por sorpresa al sector pesquero. «No teníamos noticia de esta iniciativa del Ministerio de Transición Ecológica», aseguró este viernes Javier Garat, secretario general de Cepesca. «Francamente, es absurdo considerar al tiburón azul entre las especies migratorias en situación de conservación desfavorable, pues es la variedad de tiburón pelágico más abundante y tiene una amplísima distribución por todos los océanos tropicales y templados». Garat aludió además a sus índices de producción muy altos: «Las evaluaciones de los comités científicos de las organizaciones regionales de pesca (ORP) creen que están en buen estado desde el punto de vista biológico y pesquero, y se están adoptando medidas de gestión para evitar en el futuro que haya sobrepesca y que las poblaciones puedan estar sobreexplotadas», concluyó.