La Voz de Galicia

Una empresaria monfortina que casa a gente famosa

Lemos

francisco albo monforte / la voz Especialista en bodas personalizadas

Alba Díaz se encarga de preparar la boda de la célebre actriz María Castro, que se celebrará después del verano

12 Sep 2018. Actualizado a las 07:41 h.

Desde hace tres años, la monfortina Alba Díaz López regenta en A Coruña la empresa Frida Kiwi, especializada en la organización de bodas personalizadas. En la actualidad está planificando la de la conocida actriz María Castro -viguesa con raíces familiares en Quiroga-, que se celebrará después del verano en Baiona. «Es la primera vez que casamos a personajes famosos», explica. La profesión que desempeña es muy reciente y empezó a consolidarse a medida que se fueron implantando nuevas formas de celebrar los casamientos. «Las bodas dieron un giro importante hace unos cinco años y ahora cada vez se demandan más las que tienen un toque original y que reflejan la personalidad de los novios», apunta.

La empresa de Alba Díaz ofrece servicios de diferentes tipos. «Hay quien nos pide solo que nos encarguemos de la decoración -señala-, pero otros nos llaman para que nos ocupemos de todas las gestiones, incluyendo la búsqueda y la contratación de los proveedores de los vestidos de los novios y de los servicios de fotografía y vídeo, o el envío de las invitaciones». Cuando hay que hacer todo este trabajo -añade-, la labor resulta especialmente compleja y requiere mucho tiempo y esfuerzo. «Preparar el escenario de una boda muy sencilla nos llevó dos días enteros», explica.

Un aspecto que requiere especial atención al organizar estas celebraciones, según apunta por otro lado la empresaria, es la planificación de los tiempos. «Es muy importante que una boda resulte bonita, pero también lo es que todo esté muy coordinado y que cada cosa se haga ensu debido momento sin que se pierda la espontaneidad», comenta.

 

Decoraciones diferentes

En esta clase de servicios, dice asimismo Alba Díaz, también es necesario que cada boda ofrezca un carácter único. «Nosotros no tenemos una decoración tipo y preparamos una diferente para cada ocasión», indica a este respecto. El mobiliario también debe ser distinto en cada boda y a veces incluye algunos elementos que antes no eran nada habituales en los casamientos. «Ya no se trata solo de preparar las mesas y las sillas para el cóctel y el banquete, como en otros tiempos, porque ahora es frecuente que nos pidan otras cosas para entretener a los invitados, como puede ser un futbolín o incluso un toro mecánico», agrega.

La preparación de las bodas personalizadas, señala asimismo la responsable de Frida Kiwi, requiere mantener conversaciones no solo con los novios sino también con los familiares y amigos para conocer sus gustos y para saber si les quieren ofrecer alguna sorpresa. Los servicios de la empresa, por otro lado, son accesibles a las parejas homosexuales. «No tenemos ningún problema en ese sentido y atendemos a todos por igual», dice Díaz. «El año pasado ya organizamos una boda entre dos chicas y ahora tenemos otra encargada para diciembre», concluye.

Un casamiento en el que los invitados creyeron que iban a un cumpleaños

Una de las bodas más singulares que organizó la empresa de Alba Díaz ofreció la peculiaridad de ser un casamiento sorpresa. «Hasta el último momento, los invitados creyeron que iban a asistir a una fiesta de cumpleaños», cuenta la empresaria. Todos los participantes -incluidos los novios- acudieron al lugar de la celebración en un autobús e iban vestidos de manera informal, algunos incluso en bañador. «Mientras se servía un vermú ‘secuestramos’ a los novios sin que nadie se diese cuenta para que fuesen a ponerse los trajes de boda», explica Díaz. Poco después, los invitados fueron avisados mediante un grupo de Whatsapp de que aquello no era realmente un cumpleaños. «Cuando vieron aparecer a de repente a los novios preparados para casarse, las caras de todos fueron un poema», agrega.

 

no solo en verano

La temporada de verano, según comenta Alba Díaz, sigue siendo una época muy propia para las bodas, pero en los últimos años las costumbres también han cambiado mucho en este aspecto. «Hay mucha gente que se sigue casando en verano, pero ahora la temporada de bodas dura en todo el año y nosotros recibimos encargos en todas las estaciones», indica. A la derecha, asistentes a una boda celebrada en la iglesia monfortina de la Compañía


Comentar