La Voz de Galicia

Galicia y Portugal difuminan la raia para combatir juntos los incendios

Galicia

Xosé Gago A Estrada / La Voz
Una operaria del 112 trabaja con la aplicación que se utiliza para coordinarse con Portugal

Los servicios de emergencia están unificando equipos, técnicas y protocolos

02 Oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.

Los incendios, las inundaciones y otros desastres no piden permiso ni llevan pasaporte. Para prevenirlos y combatirlos mejor, dice Marcos Araújo, gerente de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), hay que «difuminar las fronteras». Galicia, Portugal y Castilla y León empezaron a borrar la «raia» hace diez años con el programa Ariem (Asistencia Recíproca Interregional en materia de Emergencias), que ha ido unificando equipos y protocolos a ambos lados de la frontera.

Hasta entonces esa colaboración, que está semana se conmemoró en el Día de la Cooperación Europea, estaba todavía en pañales. Los bomberos lusos y españoles usaban tomas de agua distintas. Entre las primeras compras figuran 1.465 racores —adaptadores— que permitieron las operaciones conjuntas. También se adquirieron equipos de respiración, cámaras térmicas, 13.300 detectores de humo, dos drones que siguen operativos, vehículos, embarcaciones y, entre otro material, 380 terminales Tetra. Esas radios han sido claves para la coordinación sobre el terreno, y los servicios de urgencia cuentan hoy con más de 7.000.

Los protocolos se unificaron y se normalizaron las intervenciones en una franja de 20 kilómetros al otro lado de la frontera. Esa decisión, dice Araújo, permite que a las emergencias a uno u otro lado de la «raia» acudan los profesionales que estén más cerca, sean portugueses o gallegos.

Esa medida ha sido más beneficiosa en Ourense donde, a falta de un Miño que marque con claridad la frontera, en el pasado podían surgir dudas sobre qué servicio debía ir a una emergencia.

La cooperación entre países se dejó notar ya en agosto del 2014, en un peligroso incendio ocurrido en una nave de reciclaje de O Porriño, y se ha mantenido desde entonces en emergencias graves, como búsquedas de desaparecidos o, este mismo verano, en los incendios forestales.

La colaboración se ha vuelto fluida. Es habitual llamar al país vecino para preguntar qué se ve desde las cámaras de ese lado, ya que a veces ofrecen una perspectiva mejor de una zona concreta.

El Ariem-112 contó con un presupuesto de 2,8 millones. Su sucesor, el Ariem+, que arrancó en el 2015, dispuso de 5,9 millones. Ambos programas contaron con un 70 % de financiación de la UE.

El Ariem+ se aplicó en 111 concellos (40 de Galicia, 47 de Castilla y León y 24 de Portugal) en los que viven 608.000 personas. Entre otros avances, se tradujo en la redacción de un mapa de riesgos específico para la zona fronteriza. También incluyó la organización de simulacros internacionales para mejorar las actuaciones conjuntas y una red de mando operativo único. Además prevé la compra de más drones, equipo y vehículos, entre ellos uno especializado en inundaciones, seis motobombas forestales pesadas y diez quads para intervenciones en zonas de difícil acceso.

Formación a la población

El programa incluía además un plan para instruir a la población en materia de emergencias, una formación que en otros países se incluye en la educación general.

Esa parte del Ariem+, destinada en especial a los centros escolares, se vio afectada por el covid. Araújo señala que es un aspecto fundamental del programa, por lo que prevé que se retome.

Alfonso Rueda, entonces vicepresidente de la Xunta, abrió en noviembre del 2011, en Oporto, la última conferencia del Ariem+. Pero los programas continuarán, señalan desde la vicepresidencia que hoy ejerce Diego Calvo. En los próximos meses está previsto entregar a los profesionales tabletas con una aplicación específica para la coordinación de actuaciones en tiempo real.

La próxima edición del programa, dice Araújo, deberá continuar con la implantación de tecnología y equipos, pero también debe perfeccionar la cooperación, la prevención y corregir errores. A veces las circunstancias son muy difíciles, como este verano, cuando al viento y los meses de sequía se sumó una tormenta eléctrica que dejó 5.000 rayos y 60 incendios al mismo tiempo. Fue, en palabras de los técnicos, una «tormenta perfecta». Pero Araújo, que antes que gerente fue jefe de bomberos en O Porriño, insiste en que siempre se debe intentar mejorar.

El 112 tiene una bomba de agua como la que se usó en Fukushima

Un vehículo anfibio empleado en rescates e inundacionesMiguel souto

Entre los equipos adquiridos por la Axencia Galega de Emerxencias durante los últimos años destaca una bomba hidráulica similar a las que se emplearon en el desastre de la central nuclear de Fukushima, con potencia suficiente para vaciar una piscina olímpica en cuestión de minutos.

Otra pieza poco habitual es un vehículo anfibio que se ha usado en rescates e inundaciones.

El empleo de drones se ha multiplicado en la última década. A los primeros aparatos de tipo rotocóptero se han sumado otros de más potencia y están en incorporación los de ala fija. Tienen múltiples usos, desde la búsqueda de desaparecidos hasta el apoyo a la extinción de incendios. También pueden transportar cargas, lo que permite comunicarse o enviar ayuda a personas en lugares de difícil acceso.

Otra pieza clave son los tres vehículos cisterna de 25.000 litros, que por su capacidad actúan como nodriza para las motobombas más pequeñas, o el conocido vehículo de mando, desde el que se coordinan también los dispositivos de seguridad de grandes conciertos y similares.


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