La Voz de Galicia

«Hay dueños de pisos okupados que si no cobran el alquiler no comen»

Galicia

Carlos Punzón vigo

Carmela Lavandeira, vicepresidenta del colegio de administradores de fincas, denuncia que la okupación se ha convertido ya en un negocio en Galicia

07 Feb 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Lamenta que se siga viendo la okupación como una práctica inocua. «No lo es, genera muchos y muy duros dramas a los dueños de pisos y a los vecinos», atestigua Carmela Lavandeira, vicepresidenta del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia. «Se ha ido transformando y profesionalizando. No es ya aquel movimiento idealista, es un auténtico negocio», afirma.

—¿Qué le dice a usted que se haya llegado ya a una okupación al día este verano en Galicia?

—Pues que la okupación se extiende y profesionaliza cada vez más. Me dice también que con la actual crisis hay mucha gente que está teniendo problemas de dinero y alguna no tiene a dónde ir. Y cuando se está muy desesperado ya no hay nada que perder y se okupa. Además están los okupas que van de una vivienda a otra, porque así es su modo de vida. Por todo eso, la okupación va a más.

—¿E irá a más en Galicia?

—Sí, por su puesto. La okupación tiene cada vez más adeptos porque no hay una penalización ni freno para esta gente. Hasta que no se estableció prisión y multas importantes por conducir después de beber no se no se redujo la siniestralidad relacionada con el alcohol. Y con la okupación nos pasará lo mismo, porque en España o hay una sanción fuerte o no se cumplen las normas.

—¿Hay una preocupación palpable entre los propietarios de viviendas ante la okupación?

—Sí. La tienen los que tienen pisos un piso vacío heredado, una segunda vivienda o que los han comprado para sus hijos que nos los alquilan porque tienen miedo. Te lo dicen así. Tengo un cliente con un edificio muy viejo que quiere reformar, y ahora cada vez que le queda una vivienda vacía, la tapia. Esto está pasando en Galicia, en A Coruña.

—¿Es la ciudad que más llama a los okupas?

—Llaman las grandes ciudades.

—¿Ve un cambio de perfil del okupa en Galicia?

—Te encuentras de todo. Los okupas clásicos, que cada vez son menos jóvenes, no tienen familia y van de una okupación a otra e incluso han empezado a subarrendar pisos o habitaciones a nuevos okupas. Y luego hay parejas o familias que no tienen vivienda y okupan al comprobar que hay impunidad.

—Por lo que dice, la okupación ha tomado una deriva hacia el negocio.

—Por su puesto. Los hay que subarriendan inmuebles okupados a otros y otros que buscan viviendas vacías y cobran por facilitarlas a terceros.

—Y una industrial para combatirlos también: vigilantes, puertas, cerraduras blindadas, empresas de desalojo...

—La gente quiere protegerse.

—Políticamente es un tema arrojadizo. Unos apelan a la lucha contra la okupación desde un aspecto ideológico y otros le quitan importancia y critican a los que denuncian esa realidad.

—No sé si es un tema rentable políticamente. Lo que sí sé es que en España existe una Constitución que ampara el derecho de propiedad y que esta es del dueño. Es muy triste que no tengamos una normativa que nos ayude a defender el derecho a nuestra propiedad.

—También hay un derecho a la vivienda.

—Es lógico pensar que los okupas no tienen dónde ir y hay muchos casos que es así, pero también hay muchos otros que no. Hemos visto de todo, gente de familia muy solvente y que son okupas, o quienes cobran pensiones y okupan porque dicen que no tienen dinero, y en el desalojo ves unas televisiones planas impresionantes o unos móviles mejores que los nuestros. Mira, tengo muchos clientes que son emigrantes, que a lo mejor no cobran pensión y tienen en la renta de su piso, que han comprado con un enorme esfuerzo, la única entrada de dinero estable en su retiro. Rentas de 200 y 300 euros que no cobran porque les han dejado de pagar o porque les han okupado el piso. Nadie se pone en su lugar. También hay dramas por este lado, dueños de pisos okupados a los que si no le mando el dinero del alquiler, no comen.

—¿No se tiende a pensar en que los más afectados por las okupaciones suelen ser los bancos?

—Los bancos son un porcentaje mínimo. La mayor parte de las propiedades en España está en manos privadas y hay que ponerse en su lugar, porque primero tuvieron las rentas congeladas y ahora hasta no pueden recuperar sus viviendas si no les pagan.

—¿Qué haría usted para atajar la okupación?

—Mientras no tengamos una norma más restrictiva, que sea mucho más exhaustiva, irá a más. El Gobierno si ve lo que se hace en Europa ya sabría lo que hay que hacer aquí.

 


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