La Voz de Galicia

La madre del asesino de Diana Quer: «Yo no parí un monstruo, pero es un monstruo»

Galicia

Álvaro Sevilla Ribeira / la voz

La familia de Abuín Gey desearía cambiar la vida de él por la de ella: «Pero non podemos»

03 Jan 2018. Actualizado a las 09:28 h.

José Enrique Abuín Gey, el Chicle, también ha destrozado a su familia. Su madre, Margarita Gey Rodríguez, y la hermana de esta, Mercedes, están bajo tratamiento psiquiátrico. «Súa nai non pode deixar de chorar: non por el, por ela pode morrer no cárcere, senón polo que lle fixo a esa meniña. Di que tiñamos un asasino na familia e que non o sabiamos».

La madre, entre lágrimas, reconoce que si la esposa de su hijo trató de encubrirlo fue «porque no sabía nada de esto, no sabía por qué era: cuando lo supo reconoció que no había estado esa noche con él. Está muy mal: no por él, por su hija y por la familia de Diana. Se pregunta con quién vivía». Confiesa que todos siguen conmocionados: «Lo siento mucho, no esperaba esto de mi hijo, me pongo en el lugar de los padres de Diana y me duele con toda el alma lo que están viviendo. Lo siento, me duele como si fuera una hija mía».

Sobre si la mujer de su hijo está preocupada, reconoce que «sí, por su hija». «Y nosotros también: somos sus padres, del asesino, lo digo así, con todas las palabras. Es mi hijo, pero es un monstruo. Yo no parí un monstruo, pero es un monstruo», añade.

Margarita Gey reconoció que su hijo les dijo hace meses que había estado investigado por la Guardia Civil por el caso Diana Quer, pero «que no salió nada, que habían revisado su coche y que no encontraron nada, que era inocente».

Mercedes Gey es la tía del Chicle. Vive en una casa que está pegada a la de la madre del presunto asesino. Reconoce que el tema Diana Quer salió muchas veces mientras todos comían: «Falabamos sobre a rapaciña: «¿Quen a puido levar?”. Non se inmutaba, pasou por diante da nave corenta mil veces e nin se puxo nervioso, tiñamos ao asasino na casa. Falan de que puido haber máis: é un asasino, para min acabou».

¿Su mujer sabía algo? «Non sabía nada: el andaba por aí, só coma un can, había veces que non paraba na casa a durmir en dous días. Cando soubo o que había, falou. Ela tamén está desfeita, ao igual que a súa filla».

Su tía no duda en desearle la misma muerte al Chicle: «¿Cadea perpetua? Oxalá houbese pena de morte. Non sinto nada por el, síntoo pola familia que quedou sen unha nena que estaba empezando a vivir. Por min, que o maten mañá mesmo, pero aquí que non o veñan enterrar». Confiesa que ni ella ni ningún familiar pretenden visitarlo: «Antes, que me partan as pernas». Sobre si las disculpas a la familia de Diana valen de algo, confiesa: «¿Que lle vas pedir? Sabe Deus a dor que están pasando, pero ¿de que vale? Está morta e non lle podemos devolver a vida: oxalá puidésemos cambiar a vida del pola dela, pero non podemos».

El padre: «Es mentira, no mata una gallina ni un ratón. No tiene cojones»

A pesar de que la madre definió a su hijo como un monstruo, su progenitor niega que esté relacionado con el caso Diana Quer: «Eso es mentira, no mata una gallina ni un ratón. No tiene cojones». Preguntado sobre el caso, asegura que «la Guardia Civil se equivoca con él, las cosas se están haciendo mal».

En el seno de la familia del Chicle se preguntan cómo un hombre que fue incapaz de enterrar a su perro pasó a matar a una joven de 18 años. «Non foi capaz de sepultar o seu can cando lle morreu, tivo que ir seu pai para facelo, non paraba de chorar». La que habla es su tía Mercedes Gey, incapaz de entender lo que ha pasado: «É unha marca negra para a familia, esperemos que non haxa máis rapazas».

Los héroes de Boiro

Mientras, uno de los dos jóvenes que el pasado 25 de diciembre salvaron a una mujer en Boiro de ser raptada por el Chicle asegura que ambos respiran más tranquilos después de que este entrase en prisión: «Aun así, queremos mantener el anonimato, a pesar de que él está en la cárcel hay otros fuera y no queremos tener problemas. Él nos vio la cara y esa incertidumbre está ahí». Sobre los mensajes de reconocimiento que les están llegando, aseguran que están «orgullosos», aunque afirman que «es lo que haría cualquiera».

 


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