La Voz de Galicia

Los Barbeito reclaman Justicia treinta años después

Galicia

Arturo Lezcano González corresponsal | b. aires

La familia de un seminarista pontevedrés asesinado en la dictadura argentina apoya la denuncia del colectivo gallego para esclarecer su muerte en la «masacre de San Patricio»

20 May 2007. Actualizado a las 07:00 h.

A Rosario Doval todavía le quedan lágrimas para llorar la ausencia de su hijo. Y arrestos más que sobrados para seguir porfiando por saber por qué lo mataron. Treinta y un años después de aquellos hechos luctuosos, la figura de Salvador Barbeito recobra actualidad por la reciente ampliación de la denuncia presentada por la Federación de Sociedades Gallegas de Argentina contra el Ejército del país austral por las víctimas de la última dictadura militar. En julio de 1976 -apenas cuatro meses después de que Jorge Rafael Videla y compañía tomaran el poder por las armas-, Barbeito, un joven seminarista nacido en la localidad pontevedresa de Portonovo (Sanxenxo), fue acribillado a balazos junto a otros cuatro religiosos palotinos. Los sorprendieron en el comedor de su iglesia, la de San Patricio, en el elegante barrio porteño de Belgrano R. Y no tuvieron piedad alguna con ellos. A sus cuatro compañeros los mataron. Con él se ensañaron, como dice su padre, que también se llama Salvador: «Empregaron unha saña que non se entende. Eran militares e querían matar. Pero non lles chegou cun disparo». Hasta 71 balas le alojaron en el cuerpo al seminarista. Según las diversas versiones que circularon en aquel momento, tal ensañamiento vino porque el religioso trató de acercarse a un teléfono para pedir ayuda. Cuando al día siguiente el organista de la iglesia descubrió los cinco cadáveres alineados en el suelo, vio que sobre el cuerpo de Barbeito habían abandonado una lámina dibujada. Era la célebre tira de Mafalda -la popular heroína creada por el dibujante argentino Quino- en la que agarra la porra de un agente de policía y dice aquello de «Este es el palito de abollar ideologías». Sermones sobre pobreza «Mi hijo era un seminarista que trabajaba en el colegio y que llevaba a los chicos a los campamentos. La muerte no era para mi hijo. Decían que los atacaron porque uno de los curas decía sermones sobre la pobreza que no gustaba a la gente importante del barrio», reprocha Rosario -la madre, a la que familiarmente conocen como Saruca- entre sollozos. Aquella onerosa tragedia ya es conocida en toda Argentina como la masacre de San Patricio y los asesinados son reconocidos como mártires con una placa y un monumento que hoy recuerdan aquello en el lugar de los hechos. Ahora, más de treinta años después, los Barbeito se han decidido a sumarse a la denuncia que promueve la mencionada entidad gallega que en el mes de julio pasado se querelló contra el primer cuerpo del Ejército argentino, cuya circunscripción es la capital federal, y la Escuela Mecánica de la Armada, y que de esta forma amplió de nuevo la demanda. Hasta ahora son 23 causas, la mayoría por casos de personas desaparecidas. En el caso de los Barbeito, por asesinato. «Todo el mundo nos decía en aquella época, incluidos los propios curas, que había que perdonar, ¿pero cómo se va a perdonar la muerte de un hijo?», asesta con franqueza la madre.


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