La Voz de Galicia

Giovanni Michelotti: cantidad y calidad

Motor ON

Ignacio Ferreiro González

Pionero en el trabajo como «freelance» para los más importantes fabricantes y carroceros, y uno de los diseñadores más prolíficos, entre los 1.200 modelos surgidos del tablero de Giovanni Michelotti abundan los clásicos de la industria del automóvil de los 60 y 70.

09 Sep 2018. Actualizado a las 05:00 h.

La edición de 1973 del Rali de Montecarlo no era la primera que ganaba un Alpine A110, que ya en 1971 se había alzado con el triunfo, pero sería la más sonada por su contundente resultado: los tres primeros puestos, y además el quinto y el sexto, eran ocupados por este modelo, en la primera prueba de una temporada en la que se proclamaría campeón del Mundo de Ralis. A sus virtudes mecánicas el A110 de 1961 sumaba una agresiva imagen que mantenía las líneas definidas en el modelo anterior, el A108, y que al igual que este y que su predecesor, el A106, era obra del diseñador italiano Giovanni Michelotti, en aquellas fechas uno de los más apreciados por la industria.

Nacido en Turín el 6 de octubre de 1921, Michelotti heredaba la afición por los automóviles de su padre, empleado de la Itala Fabbrica Automovili de aquella misma ciudad, que desde principios de siglo producía deportivos y alcanzaba importantes éxitos en competición. Tras dejar sus estudios a los 15 años, se incorporaba como aprendiz a Stabilimenti Farina en Cambiano, a las afueras de su ciudad natal, donde el primero de los diseños que se le atribuye será una carrocería para el Lancia Astura en 1938, que no llegará a fabricarse, pero a la que seguirán versiones de producción para el Alfa Romeo 6C 2500 y diseños basados en el Talbot T-26. Tuvo el éxito suficiente para que Michelotti, tras haber servido en el ejército italiano durante la Segunda Guerra Mundial, estableciera su propia oficina en Turín en 1946, el primer estudio independiente de diseño de carrocerías del que se tiene noticia, que poco tiempo después, en 1949, se convertirá en el Studio Technico e Carrozzería G. Michelotti, ya con instalaciones suficientes para la construcción de maquetas y prototipos.

Colaborará con las más reconocidas carrozzerias turinesas: Bertone, Ghia, Allemagno o Vignale, y atenderá además sus propios encargos, desde un diseño sobre el Ferrari 166 hasta muchos otros sobre modelos de este mismo fabricante, pero también de Maserati, Lancia y Alfa Romeo: carrocerías para el Ferrari 212 Inter o el 340 México Coupé, el Maserati 3500GT, el Lancia Aurelia o el Alfa Romeo Giulietta Sprint Veloce. La muestra de su inagotable trabajo podía observarse ya en el Salón del Automóvil de Turín de 1954: 40 de los modelos expuestos habían sido diseñados por Michelotti.

Su trabajo pronto traspasaría las fronteras italianas. A finales de los 50 se convertirá en el diseñador de cabecera del fabricante británico Standard Triumph, comenzando con el Standard Vanguard, y continuando con el Herald, los TR4 y TR5, Spitfire, 2000 y 2500, GT6, Stag y Dolomite. En aquellas mismas fechas comenzará a colaborar también con la alemana BMW, para la que desarrollará el 700, la Neue Klasse que comenzaba con el 1500 de 1961, y la Serie 2 inaugurada por el 1602 de 1966. No solo otros fabricantes europeos, como la holandesa Daf o las francesas Matra y Alpine, se convertirán en clientes de Michelotti, sino que su trabajo será reclamado incluso desde Japón, con diseños como el Hino Contessa de 1961, el Nissan/Prince Skyline Sport de 1962 o el Daihatsu Sport Coupé de 1963, e incluirá también camiones y autobuses además de automóviles. Fallecido prematuramente debido a un cáncer el 23 de enero de 1980, antes de cumplir los 59 años, el Reliant Scimitar SS1 que saldría al mercado en 1984 se considera su último diseño.

Michelotti era un convencido defensor de la autonomía del diseñador frente a los directivos de las empresas, hasta el punto de haber rechazado una oferta de General Motors para dirigir su centro de diseño en Detroit, que resumía en la «metáfora del camello»: «El camello es un caballo diseñado por un diseñador después de una reunión de ejecutivos».


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