La mixomatosis y el aumento de depredadores amenazan en el campo un negocio de 50 millones
Economía
Las licencias de caza menor caen a la cifra más baja en diez años
16 Sep 2019. Actualizado a las 17:31 h.
Apenas unas jornadas sin veda (la temporada arrancó a mediados de octubre) han sido suficientes para constatar el delicado momento que atraviesa la caza menor en Galicia. Una actividad lúdica que genera un volumen de negocio superior a los 50 millones de euros anuales, pero sobre la que pesan severos problemas que podrían condicionar su continuidad a corto y medio plazo.
Uno de los que más preocupa a los aficionados es la escasez de especies como la liebre, la perdiz y, principalmente, el conejo, que durante los últimos años se ha visto fuertemente afectado por la presencia de la mixomatosis. Esta enfermedad de origen vírico es altamente contagiosa y, en la mayoría de los casos, letal para los individuos infectados, cuyos síntomas más evidentes son la aparición de tumores en cabeza, ano y genitales.
Aunque la presencia de la mixomatosis se remonta a principios de los años cincuenta del siglo pasado -fue introducida deliberadamente en Francia en 1952 con el objetivo de reducir la superpoblación de conejos, y se extendió posteriormente al resto de Europa-, durante los últimos años registra un importante repunte en Galicia, tal y como denuncian desde la Federación Galega de Caza.«Había tempo que a enfermidade non afectaba a Galicia dun xeito tan forte coma estes dous ou tres últimos anos. Aínda así, a mixomatose vai por zonas, e incluso é fácil que nun mesmo tecor haxa zonas afectadas e outras libres do virus», apunta Javier Nogueira, presidente de la Federación Galega de Caza, que no oculta su preocupación por la repercusión que puede tener la extensión del virus por el monte gallego. «Aínda que o coello é unha especie que, en circunstancias favorables, cría moi rapidamente, a extensión da enfermidade pode chegar a deixar a poboación a cero», explica el portavoz de los cazadores gallegos, que señala la necesidad de aprender a convivir con esta enfermedad y con otras como la neumonía hemorrágica vírica que también afecta a los conejos silvestres.
A las graves consecuencias que estas dolencias causan sobre conejos y liebres se unen, según explican desde distintas asociaciones de cazadores, otros aspectos tan relevantes como la falta de alimento en el monte o el aumento desproporcionado de la población de depredadores naturales de varias especies cinegéticas.
«Aumentou moito o raposo e o xabaril, e iso está afectando á cría de moitas especies, ben porque comen aos animais, ou ben porque atacan nos lugares onde crían», apunta Ramón Paz, de la asociación de caza y pesca El Halcón de Mazaricos, que gestiona un tecor de más de 18.000 hectáreas, uno de los más extensos de A Coruña. De la misma opinión son Ángel Castro Tajes, vicepresidente de la sociedad de caza San Xoán de Serres, en Muros, que suma el lobo a esta lista, y Xoán León, presidente de Castelo de Vitres Folgoso, que aglutina a aficionados de Boiro y A Pobra. Folgoso lamenta los daños que la creciente población de azores está causando sobre la repoblación de la perdiz.
Aunque el número de licencias de caza no deja de caer en Galicia -en esta campaña son apenas 41.000-, sí se mantiene el volumen de negocio que genera esta actividad.
Según los datos del último estudio socioeconómico sobre la caza en Galicia promovido por la Federación Galega de Caza, el gasto medio por cazador se sitúa en 1.745 euros. De ellos 540 euros se destinan a gastos relacionados con la hostelería y los desplazamientos, otros 510 a la asistencia a eventos y 410 euros más a la compra de animales y gastos veterinarios. Los cazadores gallegos también desembolsan, de media, 110 euros por campaña en la compra de armamento y munición, 95 en la adquisición de vestimenta y 80 euros más en el pago de licencias y seguros.
Según los datos facilitados por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, en la comunidad funcionan un total de 454 tecores (los antiguos cotos de caza), que suman una superficie superior a los 2,6 millones de hectáreas.