En Galicia baja la creación de empresas, que además nacen aún más pequeñas

España es un país de pequeñas empresas y Galicia lo lleva al extremo, como constató el último estudio publicado por el Instituto Galego de Estadística (IGE) al cierre del 2017, que concluía que el 93 % de los más de 49.000 negocios de la comunidad formaban parte de esta categoría, pues su facturación estaba por debajo de los dos millones de euros. Y nuevos datos publicados ayer refuerzan, en lugar de invertirla, esta tendencia: en los primeros cinco meses de este año en Galicia se frenó el número de sociedades constituidas y, además, las que nacen son más pequeñas.

Los números resultan elocuentes: entre enero y mayo la cifra de nuevas empresas gallegas no alcanza las 2.000 (1.948 en concreto), 57 menos que las registradas en el mismo período del año pasado (-2,84 %), lo que supone volver al entorno existente hace un lustro, después de que los dos últimos ejercicios se hubiese rebasado los dos millares en los primeros cinco meses del año.

En mayo se crearon 388 firmas, 30 menos que en abril, y la inmensa mayoría (el 97,9 % del total) adoptaron la forma de sociedad de responsabilidad limitada, frente a las sociedades anónimas, que no llegaron ni al 2 %. Precisamente, la forma jurídica y el hecho de que estén compuestas por un número de socios muy reducido (en mayo, el 72,4 % tenían un único socio fundador y el 21,4 %, dos) son factores de peso para que el capital social medio suscrito sea reducido: de 26.029 euros por empresa, según la información del Instituto Galego de Estatística (IGE).

Un dato llamativo es que el capital con el que ven la luz las nuevas empresas gallegas ha menguado considerablemente en lo que va de año, comparándolo con el mismo período del 2017. En concreto, se ha reducido casi a la mitad, ya que el pasado ejercicio sumaban cerca de 133 millones de euros y este apenas frisan los 77,5.

El comercio, a la cabeza

Si se atiende a los sectores, el de servicios lidera de forma indiscutible el ránking de nuevos negocios. El 21,4 % de las empresas creadas el mes pasado, es decir, una de cada cinco, pertenecen a la rama del comercio, a la que le siguen en importancia las de industria y energía (el 12,4 %) y las de hostelería (casi el 12 %).

El IGE también refleja que la presencia masculina sigue siendo, «como en meses precedentes», mayoritaria en lo que respecta a la demografía empresarial: 348 socios, es decir, el 70,3 % del total, frente a 147 inversoras (29,7 %) en mayo.

Menos disoluciones

El menor dinamismo de la creación de nuevas sociedades, sin embargo, ha quedado compensado con una ralentización porcentualmente casi idéntica en la disolución de empresas en el mismo período. Así, hasta el pasado mayo desaparecieron en la comunidad 772 negocios, 22 menos que en los primeros cinco meses del 2017, cuando lo hicieron 794, mientras que en mayo se disolvieron 72 sociedades, 18 menos que en abril y 14 menos que 12 meses atrás. También es un indicador optimista la evolución de los concursos de acreedores: las once afectadas en mayo son seis menos que en el 2017.

Aunque el pequeño tamaño de las empresas es una de las asignaturas pendientes de la economía del país porque, como insisten los organismos internacionales, supone una rémora para el crecimiento, limita la internacionalización y dificulta su supervivencia en tiempos de crisis, lo cierto es que son las grandes generadoras de empleo. De hecho, según un informe publicado por la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Cepyme) y Randstad, las pymes crearon casi 46.000 empleos en el primer trimestre.