La Voz de Galicia

El nuevo coco del fútbol español

Deportes

CARLOS MELCHOR

28 Aug 2018. Actualizado a las 05:00 h.

El limite salarial. Ese es el nuevo coco del fútbol español. Nadie sabe exactamente lo que es o cómo se determina, pero ahí está, impidiendo que algunos clubes inscriban nuevos jugadores. En todo caso, responde a un concepto de uso diario en la economía familiar: si este mes tengo tres, no puedo gastar cuatro.

Esta regla, implantada en 2013, es de justicia para evitar endeudamientos de clubes que rompen el mercado y generan aun más desigualdad de lo que ya lo hacen los contratos televisivos, tan desastrosamente repartidos. De esta forma, un club antes del comienzo del mercado veraniego, más o menos sabría cuánto dinero puede gastar en salarios de jugadores, traspasos y cuerpo técnico. Pero el problema es que nadie sabe con precisión cuáles son las cifras de los rivales y, ni mucho menos, estas son públicas. Por tanto, una norma razonable se convierte en una sombra imprecisa que origina múltiples rumores, a veces infundados. Ya puestos a pedir, es una lástima que no se haya implementado como hace la NBA, donde se sabe perfectamente cuánto dinero dispone cada equipo para poder fichar y la cantidad anual por la que ficha un jugador. Nada que ver.

¿Por qué el limite salarial está ahora mismo en boca de todos? Porque ha comenzado la competición y la Liga impide inscribir a algunos fichajes de los equipos que han superado ese límite. (Pasemos por alto que el mercado de fichajes no cierre al mismo tiempo que empieza la competición, otro cachondeo made in Spain). El Córdoba lo tiene en japonés, ya que tiene que recortar sobre un millón de euros de aquí al 1 de septiembre o se queda con solo 18 fichas. El Reus la pasada jornada tuvo que convocar a seis jugadores del filial. El Mallorca, el Elche, el Extremadura…. Y ahí es donde aparece el Lugo. Aparentemente, ya que nada se sabe de forma oficial, lo único que se puede hacer es tratar de resolver la ecuación que tiene como variables el intento, fallido por el momento, de traspaso de Ramón Azeez y la no inscripción del prometedor central portugués Miguel Vieira.

Por un lado, podríamos exigir al club que diese explicaciones como han hecho otros para no alimentar la rumorología (pecado recurrente de las oficinas rojiblancas) o podríamos plantearnos el asunto desde otra perspectiva: cada día que pasa, la mercancía en la que se ha convertido Azeez, (capítulo aparte merece su falta de profesionalidad) se devalúa cuanto más se acerca el cierre de mercado. No hay que ser excesivamente agudo para ver que cualquier club que quiera llevarse al nigeriano jugará con la necesidad que tienen los rojiblancos de darle salida y los hipotéticos compradores regatearán la cantidad del traspaso. ¿Salir ahora a dar explicaciones públicas al respecto? Podría ser contraproducente.

En todo caso, visto el caso del Córdoba, que se salvó milagrosamente la pasada temporada gracias a una remontada increíble y, también hay que decirlo, al gastar el dinero que no tenía en fichajes invernales, ojalá se aplicase la norma de forma estricta y con dureza. Y desde un punto de vista rojiblanco, cuantas más consecuencias deportivas se generasen, mejor. No vendría mal que en diciembre ya hubiese algún equipo desenganchado de la lucha por la salvación.

 


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