La Voz de Galicia

Ocho años de leyenda y un reto

Deportes

Lois Balado

Lebron James buscará su cuarto anillo en su novena final, la octava consecutiva

28 May 2018. Actualizado a las 21:35 h.

Lebron James se plantaba en el Boston Garden en el séptimo y último partido de las finales de la Conferencia Este sabiendo que otra vez habría que tirar de épica. Ganar o caer eliminados. Todo o nada. Un escenario de presión total y sin margen de error. Su escenario favorito.

Saltaba el alero al peculiar parqué del pabellón de Massachussets sin Kevin Love, su escudero en la pintura, que no superó la conmoción cerebral que le provocó un choque cabeza con cabeza en el anterior partido en Ohio. Y más madera. Frente a él un Jayson Tatum con ganas de revancha. La emergente estrella de Boston fue humillada por James en el sexto partido de la serie. Dos triples de acróbata para ganar el partido antes de encararse desafiante con él frente a su afición. Mensaje al atrevido novato, pastor de Boston hacia las finales de Conferencia. Las jerarquías se respetan.

A todo eso se enfrentaba Lebron James y los Cavaliers en un escenario hostil, y la cosa empezó bien para los locales que abrieron hueco hasta que Lebron James empezó a hacer bailar las zapatillas de sus rivales al ritmo de su baloncesto depredador. Físico y habilidad. Una máquina imparable a falta de que Golden State o Houston demuestren lo contrario en la final.

Treinta y cinco puntos, quince rebotes y nueve asistencias para demostrar que, al menos en el Este, nadie tose al Rey. Lo intentó Tatum clavándole un mate en la cara y devolviéndole la mofa pública frente a su gente. Solo espoleó más a James, que cerró el partido anotando canastas con defensores colgados de su cuello. Un baloncesto que parece escaparse de las leyes físicas. «There is no magic pills», «No hay píldoras mágicas» en español, rezaba la gorra que James vestía en la rueda de prensa tras su enésima exhibición en estos play-offs (79-87). Habrá que creerle aunque cueste.

Con 33 años promedia 34 puntos por partido desde que arrancó con un triple doble ?ya suma tres? ante Indiana Pacers su participación en las eliminatorias. Desde entonces ha sumado siete partidos por encima de los cuarenta puntos acumulando minutos en pista sin apenas descanso. En el decisivo duelo ante Boston Celtics ni siquiera llegó a sentarse en el banquillo. En el anterior lo había hecho durante dos minutos.

James jugará su octava final consecutivas de la NBA. Las novenas de su carrera. Solo Los Ángeles Lakers y los propios Boston Celtics, las franquicias históricas, han disputado más finales que Lebron James. Él solo iguala los hitos históricos de equipos como Philadelphia 76ers ?9 finales?, Golden State Warriors?9 finales que podrían ser 10 si eliminan a los Rockets? o New York Knicks, Detroit Pistons y Chicago Bulls?8, 7 y 6 finales respectivamente?.

Pocas fronteras por barrer quedan ya en el horizonte del 23 que es ya jugador con más minutos y más puntos de la historia de los play-off. Quizás las diez finales consecutivas de Bill Rusell entre 1957 y 1966 son el último reto. El resto es tierra quemada.

Tras una carrera bajo la incisiva lupa de aquellos que querían compararle con Jordan, las estadísticas les complican aún más la vida a los críticos que cada vez con más frecuencia deben recurrir a la mística. Pero James hace tiempo que vuela solo.


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