La Voz de Galicia

El pintor que ahondó en el surrealismo mágico de su padre

Cultura

Gracia Novás Redacción / La Voz (Vigo, 1942)

Los mundos del mar y lo onírico marcaron la obra de un artista que se decía inspirado por su progenitor y el universo de Julio Verne

02 Feb 2018. Actualizado a las 05:00 h.

El pintor Urbano Lugrís Vadillo (Vigo, 1942) murió este jueves en A Coruña a los 78 años. Deja tras de sí una amplia producción deudora de la obra de su padre, el conocido muralista Urbano Lugrís, desde la que profundizó en esa visión teñida por un peculiar surrealismo mágico y hasta derivar en perspectivas hiperrealistas.

Desde muy pequeño, en el colegio, comenzó a dibujar, llenaba libros y cuadernos, pero su vocación artística da el salto cuando su vida se desarrolla profesionalmente en el océano -fue oficial de máquinas de la marina mercante-. Todo había empezado, sin embargo, le gustaba decir, como una especie de tozudo desafío infantil hacia su padre, al que quería emular y superar con los pinceles; de hecho, se inició copiando algunos de sus cuadros, coqueteando con sus tratamientos de la luz y el color.

Su pincelada ha estado frecuentemente inmersa en la miniatura y el detalle -que en su etapa de madurez integraron estructuras de gran complejidad-, y, en el ámbito temático, el mar -¡ah, el mar!- estuvo permanentemente presente en su obra. Barcos, marinas, faros, litorales, acantilados, playas, fondos oceánicos, la línea del horizonte, catedrales sumergidas... El mar y el misterio, siempre, incluso cuando se liberó artísticamente de la larga sombra paterna.

La vida en Vigo y A Coruña, la navegación, las obsesiones marítimas del padre le señalaban inevitablemente el camino, aunque también solía decir que el universo de Julio Verne le fascinaba y había sido, a la hora de crear, muy inspirador. El mar incluso invadía simbólicamente su finca de Mera (Oleiros), donde adaptó como vivienda el puente de un buque que había rescatado de un taller de desguace.


Comentar