La Voz de Galicia

Vecinos de Beiramar alimentan al jabalí que destroza las zonas verdes

Oleiros

Elena Silveira Oleiros / la voz

Los residentes confirman que el animal acude allí a diario y cada vez más temprano. «Nos mira y después sigue a lo suyo», explican

11 Sep 2018. Actualizado a las 07:46 h.

La presencia de un jabalí en la urbanización Beiramar de Perillo ha dejado de ser un hecho aislado para convertirse en algo cotidiano. De hecho, los vecinos de esta urbanización de Oleiros indican que prácticamente no falla ningún día desde hace un mes. «Siempre hace el mismo recorrido. Está un rato en la zona verde donde se halla el parque infantil, después sigue hasta Miramar y allí continúa por el paseo o bien sube hacia el Alto de Perillo cruzando la N-VI a la altura del Sol y Mar», explica un residente en la zona. Otros explican que el animal ya se ha acostumbrado a la presencia humana y que tampoco se inmuta por los ladridos de los perros. «Nos mira y después sigue a lo suyo», explican.

La preocupación de los adultos por la presencia de un animal salvaje en un entorno tan urbano y muy frecuentado por familias con niños choca con el entusiasmo de los más pequeños por ver al jabalí en directo: «Los niños están como locos con el jabalí. Desde luego no es un animal que puedan ver todos los días. Al menos no hasta ahora. Y lo que hacen es mirar constantemente por las ventanas para ver si llega», explicaba ayer una madre. Y, según confirman los vecinos, el jabalí llega cada vez más temprano. De hecho, el pasado viernes se le pudo ver buscando comida en la zona verde pública de Beiramar a las 21.30 horas. «Es que a esa hora todavía hay niños en la calle. El verano todavía no ha terminado y no tienen clase, es normal que la gente quiera aprovechar estar al aire libre mientras se pueda», explicaba otro vecino. Esta misma persona indicaba que en una ocasión no pudo salir del portal de su casa para ir a trabajar porque el jabalí estaba pegado a la puerta. «Le hice un ruido para que se fuera, pero no hubo manera. Al final, tuve que salir por el garaje». 

Melocotones y papayas

La inquietud de muchos residentes en esta urbanización se extiende ahora al hecho de que algunos vecinos le echan comida al animal: «Melocotones, papaya... frutas que tienen en casa. Y eso hace que el jabalí vuelva una y otra vez, claro», explicaba otro vecino. «Pero es que si le echan comida también pueden venir más animales», argumentaba su hija Vera con buen criterio. De hecho, los restos que deja el jabalí pueden atraer a roedores y generar otros problemas relacionados con la salubridad.

En lo que coinciden casi todos los vecinos de este entorno es en que este tipo de animales salvajes comenzaron a llegar a Beiramar cuando se derribó el muro que impedía el paso desde el paseo marítimo hacia la rúa Sauces. «Esta siempre ha sido una zona tranquila, pero ahora hay demasiada ‘animación’», comentaba ayer con ironía otro residente. «Puede que solo busque comida, pero es un peligro porque un día que se vea acorralado o esté herido podría atacar a cualquier persona», añadía otra vecina. Esta misma persona puntualiza que el temor no es solo que pueda atacar a alguien, sino que provoque algún accidente al cruzar la N-VI porque por allí pasan muchos coches a todas horas».

«No es un riesgo muy grande»

José Manuel Fernández tiene dos hijas pequeñas y, según explica, no está preocupado por el jabalí. «No, no es un animal que ataque, no es un riesgo muy grande». Dice que lo complicado es reparar los daños que ocasiona en las zonas verdes.

«Vuelve porque encuentra comida»

Nerea Martínez explica que el jabalí viene ahora cada vez más temprano y que «si vuelve es porque aquí encuentra comida». Su temor, según explica, es que llega cuando todavía hay niños en el parque infantil.

«Ha dejado de ser una anécdota»

Matías Brea y Olalla Mancebo viven en Beiramar desde hace cuatro años. Explican que la presencia del jabalí ha revolucionado la urbanización, aunque su presencia «ha dejado ya de ser una anécdota y preocupa».


Comentar