La Voz de Galicia

Al indigente de la calle de la Torre, en A Coruña, se le suman otros sintecho

A Coruña ciudad

Emiliano Mouzo A Coruña
El indigente se negó a levantarse del sitio para facilitar las labores de limpieza de la acera

Policía y Servicios Sociales tratan de convencerlo, sin éxito, para que abandone la calle y pueda recibir ayuda

09 Mar 2021. Actualizado a las 14:30 h.

José Ignacio, el sintecho de 60 de años que deambula sin ropa y duerme en la calle de la Torre desde hace meses continúa en el barrio. A la zona donde malvive, en la acera y a la intemperie, se están sumando otros indigentes. «Se juntan para comer y beber. La situación se está volviendo insoportable y ya no podemos aguantar más», dicen los vecinos.

Califican de «peligrosos y agresivos» a los nuevos sintecho y aseguran que uno de ellos intentó hace unos días allanar un piso del número 1 del callejón García, una okupación ilegal que evitaron los vecinos. «Escuché unos ruidos y me preocupé, porque hace unos meses intentaron entrar a robar en mi negocio», relata un comerciante. Cuando bajó de su piso vio a un individuo abandonar la zona y comprobó, junto a otro vecino, que la puerta del portal del edificio estaba reventada. «Abrió con un pie de cabra y arrimó la puerta para dejar el trabajo listo y volver más tarde», comentó. Ante lo ocurrido, llamaron a la policía, que acudió a la calle de la Torre a los pocos minutos, «y encontraron el pie de cabra y aseguraron la entrada», manifestó otro comerciante.

Los vecinos de la zona también denuncian los problemas de seguridad que, «tanto José Ignacio, como estos que ahora le acompañan», causan en la zona. La policía «ya tuvo que intervenir en varias ocasiones por enfrentamientos entre ellos, y por graves insultos a los viandantes», subrayaron varios residentes.

También aseguran que los nuevos sintecho que ahora acompañan a José Ignacio «se aprovechan de él», ya que les paga la bebida. 

problemas de salubridad

La presencia de José Ignacio en la acera lleva aparejados problemas de salubridad, que no hacen más que empeorar. Explican que hace tiempo, el indigente hacía sus necesidades en las alcantarillas, pero ahora «hace todo donde está, porque creemos que su salud ya no le permite levantarse». Además, señalan que su comportamiento continúa siendo «incívico», ya que arroja la comida que le llevan a la acera «y hace rodar calle abajo, hacia la plaza de España, las botellas de cristal. Algunas se rompen y los conductores tienen que esquivar los cristales para no fastidiar las ruedas», cuentan.

La situación para los comerciantes del barrio «es insostenible». Este mismo martes, el propietario de la tienda de comestibles en la que tiene instalado su asentamiento llamó al 010 para que saneasen la acera, porque «está completamente llena de basura». Cuando llegó la barredora y la máquina de lavado a presión, el empleado municipal le pidió a José Ignacio que se moviese para limpiar la acera, pero el indigente reaccionó de manera violenta y «se enfrentó a él de forma agresiva y con insultos».

Poco después aparecieron en la calle de la Torre tres personas de la unidad de Asuntos Sociales del Ayuntamiento. Le taparon con una manta, le facilitaron unos calcetines y trataron de convencerle para que se moviese y que les acompañase a un albergue, pero el indigente se negó. «Que limpen por donde podan e xa está, eu non me movo», indicó de malos modos.

También se acercó una patrulla de la Policía Local para tratar de convencerlo, pero tampoco lo lograron, por lo que el empleado del servicio de la limpieza solo pudo sanear una parte de la acera.

Los vecinos aseguran que no es la primera vez que comete alguna «falta de respeto» similar hacia los agentes. «Sucede demasiadas veces, casi siempre que vienen aquí. Suelta insultos graves, los desprecia y lo mismo sucede cuando vienen miembros de Cruz Roja o de Asuntos Sociales», subrayan.

Ante esta situación, los vecinos solicitan a las Administraciones, «a quién le corresponda», una solución inmediata, «que retiren de aquí a José Ignacio, que lo lleven a un lugar en el que se pueda curar de sus adicciones, por nuestro bien y por el de él», recalcan.


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