La Voz de Galicia

Desvelo total por un fuego okupa «que puido rematar en traxedia»

A Coruña ciudad

m.c. a coruña / la voz

El edificio de madera y la resistencia de algunos ocupantes amenazaron la seguridad

12 Sep 2018. Actualizado a las 05:00 h.

Cierre de filas en bomberos con balance final satisfactorio, a pesar de la envergadura de los daños materiales. «Puido rematar en traxedia», advirtieron de madrugada desde el parque de A Grela. La antigüedad del edificio y la imprevisible reacción de los okupas que se encontraban dentro convirtieron el incendio del lunes en el Orzán en un polvorín al que los bomberos se aproximaron con todas sus fuerzas. El turno de guardia al completo, reforzado por compañeros que estaban en casa -18 profesionales, en total- acudieron a la llamada del vecino que alertó de los primeros signos del foco, una densa humareda negra con olor a plástico procedente del primer piso del número 5 de la calle Socorro, deshabitado desde hace años y allanado a finales del 2017 por un grupo de okupas.

Eran las 21.30 horas. Cinco horas después, con el edificio evacuado y la calle abierta al tráfico y sin rastro ya del amplio dispositivo desplegado por la Policía Nacional, Local y las ambulancias del 061, dos bomberos del retén de guardia descansaban tirados en la acera. Cada poco tiempo subían a refrescar las plantas más afectadas. El edificio, que consta de un local en el bajo que hasta hace unos años sirvió de almacén de una tienda de muebles y cuatro viviendas deshabitadas desde la marcha de la última inquilina, una mujer que hacía arreglos de costura, tiene estructura de madera, lo que complica los trabajos de extinción, no solo porque el fuego se propaga rápidamente, sino por la manera en que se propaga. Solo hay humo, no hay llamas, el fuego no se ve pero circula por el interior de los tabiques de barrotillo, las vigas y el resto de la estructura. La única forma de atajarlo, explican los bomberos, es abrirse paso, picar las paredes y atacar con agua. Y en este estado, advierten, se encuentran decenas de edificios abandonados en la Ciudad Vieja, Pescadería y otros barrios de la ciudad.

 

El diálogo con los okupas

En el incendio del lunes, en todo caso, a las complicaciones técnicas se sumó un escollo mayor: el manejo de una situación que entrañaba riesgo para la vida de las personas -un bombero tuvo que se atendido y trasladado al Chuac tras caerle un falso techo encima- y sin embargo para la familia que vivía en la cuarta planta no parecía revestir gravedad. «Yo no quería salir, mi perrita estaba asustada, se echaba hacia atrás; al final salimos y en el cesta de la escalera de los bomberos bajaron mis hijos», explicó la mujer ayer a mediodía delante del edificio al que regresó acompañada de los okupas del 2.º para buscar a una perra que se había perdido. Un vídeo grabado durante el incendio recoge a dos bomberos hidratando y colocando una mascarilla de oxígeno a Cani, una perra encontrada encima de una cama. Según los okupas, pertenece a un hombre mayor que vivía en el 3.º.

«O valor do traballo de @bombeiroscoruna: rescatan, negocian, salvan vidas, cooperan... hoxe ademais sen a colaboración necesaria, armándose de paciencia e talante», agradeció en Twitter la responsable municipal de Seguridade Cidadá, Rocío Fraga.

«Difícil intervención que puido rematar en traxedia, pero que finalmente fomos capaces de solventar sen perdas humanas, pero si cuantiosos danos materiais na estrutura do edificio», resumieron los bomberos.

A las ocho de la mañana de ayer un vecino bajó a la calle con una bolsa térmica con café, azúcar y sobaos para los bomberos que habían permanecido de guardia. Un retén de la Policía Local vigilaba la entrada del edificio. A lo largo de la mañana acudieron a la calle Socorro agentes de policía científica encargados de investigar el origen del foco, un técnico de ruinas y el representante de la empresa propietaria del inmueble, ya precintado, para proceder a tapiar la planta baja, una vez que los investigadores culminen sus pesquisas. El portavoz se refirió a una denuncia previa, de la que no hay constancia en Urbanismo, afirmó más tarde el concejal Xiao Varela.

Vecinos de la zona aseguran haber llamado a la policía en los últimos meses para denunciar altercados protagonizados por el okupa del 1.º, un toxicómano muy conocido en el barrio. El fuego, según los bomberos, empezó en ese piso.


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