La Voz de Galicia

Una nueva generación descubre el talento olvidado de Fernández Flórez

A Coruña ciudad

Xesús Fraga redacción/la voz.

Además de «El bosque animado», el escritor coruñés dejó una amplia obra que Ediciones 98 irá rescatando

20 Dec 2010. Actualizado a las 02:00 h.

Sesenta y cinco años después de su última edición en las Obras Completas que publicó Aguilar en 1945, los cuentos que Wenceslao Fernández Flórez (1885-1964) reunió en Tragedias de la vida vulgar vuelven a la mesa de novedades de las librerías. El sello Ediciones 98 ha recuperado un título que el escritor coruñés dio a la imprenta por primera vez en 1922 y al que había cubierto un injusto olvido. Injusto, porque el lector encontrará en sus relatos un Fernández Flórez muy alejado del registro humorístico con el que se le ha estereotipado, y le permitirá apreciar a un escritor que se encontraba entonces «en la plenitud de sus facultades», según Jesús Blázquez, responsable de Ediciones 98.

Blázquez descubrió estos cuentos de forma accidental, cuando el autor fue citado en una reseña sobre Aventuras del submarino alemán U, de Ricardo Baroja (hermano de Pío). Pero el hallazgo ha sido fructífero: no solo el editor encontró un libro que lo cautivó «por la enorme calidad de los textos», sino que esta punta de iceberg lo condujo a otros títulos de igual valía que tiene intención de reeditar próximamente, como Fantasmas, La casa de la lluvia y los artículos sobre fútbol recogidos en De portería a portería.

De Tragedias de la vida vulgar Blázquez destaca también «su aproximación con gran sentimiento a la realidad, donde se recogen las preocupaciones sociales que tenía Fernández Flórez y que constituyen un reflejo de lo que era su tiempo». De este modo, los relatos, desde un acercamiento emotivo, ponen en práctica una denuncia social que se pone de lado de los más humildes, como los criados gallegos que malviven en Madrid, anticipando en bastantes años el realismo social de la posguerra. Cuentos como La onza de chocolate, donde los árboles hablan, también presagian el realismo mágico de El bosque animado.

Para Blázquez, este posicionamiento del escritor, que muchas veces se concretó en posturas contrarias al poder, condenaron estos cuentos durante el franquismo. «Eran muy incómodos y por eso solo aparecieron, censurados, en las Obras Completas, donde podían disimularse y no tenían una gran tirada».


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