La fresa vuelve a su fiesta en Eirís

Han pasado ya catorce años desde que un grupo de vecinos de Eirís comenzó a recuperar la tradicional Fiesta de la Fresa pero, hasta ahora, la fruta homenajeada había sido la gran ausente. «As fresas máis ricas da bisbarra cultivábanse aquí, hai máis de cincuenta anos. Pero, co tempo, polos campos de Eirís creceron outras cousas que non foron fresas, senón casas, e perdeuse a tradición», relata Suso Prado, uno de los responsables del evento. Hace ya más de medio siglo, se organizaba una fiesta en la que los productores competían por llevarse a casa el premio al mejor género. Catorce años atrás, los vecinos comenzaron a recuperar la tradición a pesar de que ya no había agricultores en el barrio, y ayer, por fin, la protagonista acudió de nuevo a los festejos. «Agora si que vai ser unha festa bonita», comentaba Matilde Martínez, que lleva quince años viviendo en el barrio.

Dos empresas de la comarca, Froitas Xica, de Carral, y Froitas Gueixade, de Sarandós, expusieron su producto y pronto convencieron a los vecinos de que la fresa gallega no tiene nada que envidiar a la célebre onubense. Había una tercera anunciada, Fresaster, que cultiva fresas ecológicas, pero en el último momento tuvo que cancelar su asistencia porque las nieblas impidieron que se diera suficiente género. «Se o tempo é o apropiado, aquí temos fresa ata Nadal», comentaba Manuel Vázquez, de Froitas Gueixade. Él heredó el negocio de sus padres y lleva más de un decenio dedicándose a la fresa. Pocos podían evitar pararse frente a los más de sesenta kilos de fruta apilados en su puesto, y la mayoría abandonaban el parque con un par de cestas bajo el brazo. Como Amparo Seijas, que no conocía la tradición y desconfiaba que las fresas gallegas fueran tan dulces como las de Palos: «Llevo años viviendo aquí, pero a veces tenemos cosas al lado de casa y no las conocemos», contaba.

Froitas Xica solo llevó género para exponer, que al final repartió entre los niños que durante toda la tarde jugaron en los hinchables. Detrás del mostrador, Manuel Santos recordaba que «o primeiro sitio onde houbo boa fresa foi aquí, en Galicia. Pero foise perdendo porque as novas xeracións preferiron dedicarse a outras cousas. Este é un traballo moi escravo, as horas de traballo e o calor debaixo dos invernadoiros non son para todo o mundo». Después del empacho colectivo, un jurado formado por el concejal de Hacienda, Roberto Coira, una representante de la Asociación de Vecinos y una hostelera del barrio otorgaron los trofeos antes de que, ya al anochecer, llegase la música al parque.

Música para terminar la fiesta

A las 21.30 horas, el grupo folk Samarúas conquistó a los amantes de la música tradicional. Después de pasar por importantes festivales como el de la Costa da Morte o el Asalto ó Castelo de Vimianzo, tocaron por primera vez en A Coruña, donde ensayan y preparan la mayoría de sus temas. Una hora más tarde, las cumbias y bachatas de la orquesta canaria Armonía Show pusieron punto y final a la fiesta.

Suso Prado ya sueña con que, en próximas ediciones, sean de nuevo fresas cultivadas en Eirís las que participen del concurso: «Xa hai xente que está de novo cultivando a fresa aquí. A min gustaríame que no monte Mero se empezase a cultivar, mentres non se urbanice, e volva a ver fresas de Eirís. Para o ano que vén, gustaríanos que ademais de exposición houbera concurso, coma antes, e os produtores competiran con vistosos pratos elaborados con fresa».