Interiorismo con alma: dos miradas profesionales para transformar hogares en espacios de bienestar
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el interiorismo ha pasado de ser un lujo, a convertirse en una herramienta clave para mejorar incluso nuestro bienestar
27 Aug 2025. Actualizado a las 05:00 h.
En un mundo cada vez más consciente del valor de vivir en espacios que reflejen nuestro estilo de vida, el interiorismo ha pasado de ser un lujo, a convertirse en una herramienta clave para mejorar la funcionalidad, el bienestar y la estética del hogar. Contar con un interiorista permite optimizar espacios, ahorrar tiempo y tomar decisiones técnicas y estéticas con criterio profesional. Hoy, diseñar interiores es también diseñar experiencias de vida.
Este enfoque define el trabajo de Flor Piñeiro, interiorista que apuesta por un estilo personalizado, cercano y humano. En esta entrevista nos habla de su visión del interiorismo como herramienta para mejorar la vida y adaptarlo al estilo de vida del cliente.
¿Cuánto tiempo lleva en el sector y cuál es su origen?
Comencé estudiando Arquitectura Técnica, siguiendo la tradición familiar vinculada a la construcción, ya que mi padre es aparejador. Sin embargo, pronto descubrí que mi verdadera vocación era el Interiorismo, una disciplina que une arte, estética y la creación de espacios funcionales que transmitan calma y bienestar.
Con casi 20 años de experiencia, en cada proyecto que realizo busco diseñar hogares que reflejen el estilo de vida y los gustos del cliente, espacios en los que puedan sentirse felices.
¿Cuáles son los principales servicios que ofrece?
Me dedico principalmente a las reformas integrales, ofreciendo un servicio personalizado. Analizamos la distribución, materiales y la iluminación, un aspecto clave en nuestros proyectos.
Además, planificamos el amueblamiento con los colores y elementos decorativos adecuados para crear un ambiente único. El proceso culmina con el estilismo y la decoración, incorporando texturas, plantas y cuadros, fundamental para que el espacio “cobre vida” y, personalmente, es la parte que más disfruto.
«El cliente no tiene nada de qué preocuparse, solo disfrutar del resultado y vivir su verdadero hogar»
También ofrezco el servicio de interiorismo integral, pensado para quienes han reformado recientemente su vivienda o desean renovarla. Analizamos el estilo más adecuado para el espacio, adaptándonos al gusto del cliente y asesorando para lograr un hogar acogedor.
Estudiamos la distribución y el amueblamiento, apostando por muebles a medida para aprovechar al máximo cada rincón. Utilizamos colores, molduras, paneles 3D y otros elementos visuales que transforman espacios impersonales en hogares con alma. La iluminación es otro aspecto esencial: buscamos una luz funcional que realce la decoración.
Como en todos mis proyectos, el estilismo y las texturas naturales marcan el cierre perfecto: lino, algodón, tapicerías suaves y plantas como elemento indispensable.
Además, realizo Home Staging, una técnica de márketing inmobiliario que prepara las viviendas para su venta o alquiler, haciendo que resulten ordenadas, luminosas y neutras.
Usted es interiorista residencial, ¿Cómo definirías tu estilo personal como interiorista?
Mi estilo combina lo funcional y lo personal, buscando crear espacios con “alma” que transmitan calma, belleza y practicidad. No sigo una única tendencia, sino que adapto cada diseño al estilo de vida de quienes lo habitan. Me inspiro en los materiales naturales, la luz y colores que conecten con las personas.
En mis proyectos predominan las paletas suaves, aunque incorporo toques atrevidos de color, Por ejemplo, soy fan del verde. Si tuviera que definir mi estilo, lo describiría como cálido, contemporáneo y con enfoque humano.
¿Cuáles son las tendencias actuales en interiorismo residencial que más te inspiran?
El uso de materiales naturales y sostenibles es una constante en mis proyectos. Empleo madera, piedra, pinturas con textura natural y tapicerías orgánicas, no solo por estética, sino por conciencia ecológica y salud.
Entre las tendencias actuales que aplico destacan los espacios multifuncionales, donde una misma vivienda se adapta como oficina, gimnasio o zona de ocio para niños. También están las mascotas como parte del hogar, por lo que diseño espacios versátiles y muebles funcionales.
La naturaleza en casa es clave: uso plantas como recurso decorativo y sanador. Además, los clientes valoran cada vez más los espacios con identidad, que reflejen su historia personal, sus viajes y vivencias. Por eso, apuesto por objetos con alma, piezas artesanales o muebles recuperados.
¿Qué factores le inspiran a la hora de decorar: ¿la funcionalidad, la estética o las emociones de los clientes?
Diría que se complementan bien las tres. Un proyecto para mí tiene que ser funcional, pero también agradable y «bonito». Y, por supuesto, la emoción de los clientes, lo que experimentan a diario en el hogar es lo que persigo al diseñar el espacio.
En una época donde lo digital, el estrés y la rapidez son una constante, el interiorismo cobra más sentido que nunca. Conseguir que nuestra casa sea nuestro refugio. Diseñar pensando en el bienestar, la luz natural, orden visual, funcionalidad, todo cuenta.
«No se trata de decorar, sino de acompañar a las personas a crear espacios donde realmente se sientan bien»
Para completar esta sección, hemos entrevistado también a María Cabanelas, interiorista y que sabe bien la importancia de crear experiencias. Desde que inició su carrera en 2002 como decoradora en una mueblería, ha construido una trayectoria basada en la cercanía con el cliente, la sensibilidad estética y la capacidad de adaptación. En esta entrevista, comparte su visión del interiorismo y la importancia de escuchar y responder a las necesidades reales de quienes habitan los espacios.
¿Cuánto tiempo lleva en el sector y cuál es su origen? Es decir, háblenos un poco sus valores e inicios.
Comencé mi trayectoria profesional como decoradora en una mueblería en 2002, donde durante quince años desarrollé una gran capacidad para entender las necesidades del cliente gracias al contacto directo y al trabajo en el propio espacio, algo que va más allá de la formación académica que recibí en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Antonio Failde, en Ourense.
En 2018 decidí emprender con mi propio local, pero en 2019 me diagnosticaron cáncer de mama, y tras los tratamientos, el proceso coincidió con la pandemia y el confinamiento. Esa experiencia me llevó a replantear mi forma de trabajar y opté por cerrar el local y continuar desde casa, lo que me ha permitido ofrecer un servicio más flexible y adaptado a las necesidades de mis clientes.
¿Cuáles son los principales servicios que ofrece? ¿Cuáles son los más demandados en la actualidad?
Como en cualquier negocio, la demanda del cliente marca el rumbo. En mi caso, comencé centrada en el amueblamiento y decoración de viviendas y, en menor medida, de locales comerciales, abarcando desde una estancia hasta el conjunto completo: pintura, papel pintado, mobiliario, iluminación, textiles y objetos decorativos.
Tener un local comercial facilitaba la venta continua de productos pequeños, como regalos o detalles decorativos. Al pasar a trabajar desde casa, esta parte se ha vuelto más virtual, gestionándola a través de WhatsApp o redes sociales, enviando imágenes hasta concretar la elección final.
El boca a boca también juega un papel clave: crea una red de confianza con clientes que repiten o te recomiendan.
«Al entrar en sus hogares y conocer sus gustos, se genera un vínculo cercano y duradero»
¿Cómo definirías tu estilo como interiorista? ¿Qué te diferencia de otros profesionales del sector?
Podría decirse que hago de todo: desde el diseño y distribución inicial hasta la dirección de obra, elección de materiales, amueblamiento integral y paisajismo, tanto en obra nueva como en reformas, llegando incluso a la entrega de llaves en mano.
También trabajo en proyectos más concretos, como renovar una estancia, reformar una cocina o baño, o decorar un espacio puntual para una celebración. Todo es posible.
Cada vez se valora más el papel del interiorista, por su capacidad para coordinar gremios, resolver dudas técnicas y estéticas y ofrecer una visión global que ahorra tiempo al cliente. Aunque antes se veía como un servicio exclusivo, hoy está demostrado que es accesible y útil para el público general.
¿Cómo equilibras estética y funcionalidad en tus diseños?
Mi estilo es maximalista, pero creo que un buen profesional no debe imponerlo, sino crear espacios con criterio, adaptados al estilo y necesidades de quienes los habitan. Para lograrlo, es clave mantener reuniones constantes, conocer el estilo de vida del cliente y construir juntos las propuestas.
Cada proyecto, grande o pequeño, implica un compromiso personal: selecciono personalmente materiales, colores y productos, y luego presento opciones ajustadas al cliente. Siempre hay una parte de uno mismo que queda en cada diseño.
«Además, defiendo que la funcionalidad no está reñida con la estética»
Gracias a la evolución en materiales, ergonomía y tecnología, es posible integrar la parte técnica desde el inicio y conectar con la más artística para crear espacios coherentes, prácticos y bellos.