La Voz de Galicia

Una misión desde O Grove hasta la Antártida

O Grove

m. alfonso o grove / la voz Trece militares que pasarán más de tres meses en la base Gabriel de Castilla, en Isla Decepción

El Ejército ha vuelto a elegir las aguas mecas para preparar a los integrantes de la próxima campaña

11 Sep 2018. Actualizado a las 05:00 h.

O Grove se ha convertido, en los últimos años, en lugar de paso obligado para los militares que participan en la Campaña Antártica. Porque las aguas de la ría de Arousa son «lo más parecido que hay en España a lo que podemos encontrarnos en la Antártida». Quien habla es el comandante Juan José Pereda, que en esta ocasión será el responsable de los doce militares que a mediados de noviembre partirán hacia el continente helado con una misión: cuidar y acompañar a los científicos españoles que hasta principios del mes de marzo utilizarán la base Gabriel de Castilla para realizar diferentes investigaciones. El equipo llegó ayer a tierras mecas, donde permanecerá hasta finales de la semana preparando la fase de navegación. «Haremos prácticas de navegación y seguridad en el mar. Cada uno tiene que saber manejar una embarcación y utilizar los trajes de supervivencia. Si uno se cae allí al agua tarda entre diez y quince minutos en entrar en hipotermia. Si tenemos el traje, podemos resistir dos o tres horas», explica.

Los integrantes de esta misión tendrán que soportar sensaciones térmicas de hasta menos veinticinco grados y tendrán que convivir con una treintena de personas en un habitáculo de 241 metros cuadrados durante más de cien días. Pero la experiencia merece la pena. Lo asegura el Juan Andújar, uno de los privilegiados que repetirá viaje. «Es apasionante y diferente a todo lo que vivimos en el Ejército de Tierra», asegura. Él es uno de los encargados del mantenimiento de la base, que lleva meses cerrada, y ahora regresa para enseñarles a sus compañeros cómo funciona todo. «Volver apetece mucho, es un privilegio estar allí», sostiene. Reconoce que la convivencia es fundamental, pero también enriquecedora. «Hay muchos científicos de varias nacionalidades y siempre recibes mucha información y compartes experiencias», añade. En cuanto a las condiciones meteorológicas, «el problema es el viento. Allí es verano y las temperaturas son de entre cero y cinco grados», afirma.

 

Una sola mujer, y de Ribeira

Hasta ahora, 25 mujeres han participado en las diferentes misiones Antárticas. Y también en esta ocasión habrá una representante del colectivo femenino. Se trata de Inés Regueira, una joven de Ribeira que lleva trece años en el Ejército. «Esta es mi primera misión y estoy muy contenta», explica. Ella será la responsable del área de alimentación y eso incluye diseñar una completa lista de la compra que le permita disponer de los alimentos necesarios para hacer desayunos, comidas y cenas durante casi cien días. «Tenemos que buscar buena materia prima, y hablar con los proveedores. No podemos olvidarnos de nada», dice. Lleva meses preparándose y ha tenido que aprender hasta a hacer pan. Asegura que está acostumbrada, «porque cocino para doscientas personas», relata, aunque su reto más duro fue el de organizar una comida para dos mil quinientas personas. Pero Inés no solo se dedicará a dar de comer. Al igual que el resto de sus compañeros tendrá que «acompañar a los científicos y ayudarles en lo que necesiten», afirma. Porque en la Antártida todos lo integrantes de la misión tienen que estar preparados para afrontar cualquier situación. «Aquí todos hacen de todo», asegura el comandante Pereda.

Precisamente ejercer de apoyo para los científicos que todos los años visitan el continente helado es la principal misión de este equipo. Desde mediados de noviembre, por la base irán pasando diferentes investigadores que trabajan campos como la geología o la biología, entre otros. «Isla Decepción es un volcán que tiene un interés científico enorme, pero también estudian los animales, sobre todo los pingüinos. Este año también hay un proyecto sobre el lobo marino de las universidades del País Vasco y Barcelona», añade el comandante. Los militares no solo les ayudarán a recorrer la isla y recoger muestras, también se ocuparán de que las comunicaciones funcionen. «El año pasado un profesor dio una clase en la Universidad de Salamanca desde la base y se impartieron 115 conferencias a colegios de toda España», cuenta. Si quieren saber más, los antárticos darán mañana una charla en el Club Náutico de San Vicente a las ocho de la tarde. Están todos invitados.

 


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