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El armador José Hilario, en la zona de popa por donde se larga el aparejo, que se fondea con las piedras que aparecen en la foto
Pepa Losada
El maquinista y el engrasador comparten camarote
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El camarote del patrón que manda el Rodríguez Parapar
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Trajes de supervivencia en la litera superior del camarote del patrón de costa, el segundo de a bordo
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Por estas escaleras se desciende a la segunda cubierta
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La cocina del Rodríguez Parapar, equipada «como de la de restaurante» y más amplia que la de muchas viviendas
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No falta nada en el equipamiento tecnológico del puente de mando, donde los aparatos están por duplicado, por si falla alguno
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El armador muestra una nevera con alimentos
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Que se sepa, la patrona de los marineros tiene hueco en la inmensa mayoría de pesqueros gallegos, como el Rodríguez Parapar
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Otra parte del puente de mando
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Cuando el tiempo y el trabajo lo permiten, sentarse en el puente de mando puede hacer más llevaderas las guardias
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Televisión, con conexión por satélite, y dos mesas en el comedor del barco
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Uno de los camarotes de la marinería, tal cual está mientras descansaban en puerto. Otra prueba de que el Rodríguez Parapar no fue maquillado para la visita
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Botas de agua y un extintor en la zona de los camarotes de la tripulación
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La lavadora y la secadora, en la zona del lavabo, los inodoros y las duchas de la tripulación
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Ropas de auga de los tripulantes, siempre listas para usar cuando usar haga falta
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No se puede comer ni fumar en los camarotes que comparten los tripulantes
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Otro detalle de los camarotes de los tripulantes
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Como en cualquier casa habitada, así estaba uno de los camarotes de los tripulantes mientras ellos trabajaban
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Botas, trajes de agua y arneses de seguridad, preparados para ponerse lo más rápido posible
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Piedras para fondear el palangre y boyas para que flote entre aguas
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Sedales con anzuelos preparados para incorporar a la línea madre del palangre
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Salvavidas, imprescindibles en cualquier pesquero
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A bordo del Rodríguez Parapar procuran reciclar todos los residuos que no son biodegradables, y en la zona de trabajo usan como papelera este capacho
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Técnicos de una empresa externa revisando una parte del motor principal, trabajo clave para zarpar que coincidió durante la visita al palangrero de fondo
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La sala de máquinas del Rodríguez Parapar es espaciosa
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Otra parte de la sala de máquinas
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Más detalles de los motores, con un principal de 600 caballos en el Rodríguez Parapar
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El armador José Hilario en la sala de máquinas, con una pizarra donde anotan manualmente el estado de los tanques de combustible
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El ascensor que conduce a las neveras alivia el trabajo de los tripulantes
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Una de las cámaras que hay en las zonas de trabajo. Transmiten imágenes al puente y resultan muy útiles en caso de problemas
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En cajas, ya preparados, guardan miles de sedales y anzuelos listos para usar
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En estas cajas plásticas, con hielo en escamas, guardan el pescado en las neveras del barco
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A la popa del barco, una zódiac sobre las cajas del pescado y las características boyas que señalizan el palangre de fondo
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Las boyas del aparejo, la lancha neumática y las cajas, en la cubierta
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Zona de proa y puente del Rodríguez Parapar, amarrado este viernes a pie de lonja en su puerto base, Celeiro
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José Hilario, en la foto, y su hermano Rodrigo son los dueños del palangrero de Gran Sol
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El pesquero se aprovisionaba y alistaba en Celeiro para regresar al mar
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Por este costado del barco y por este canal se recoge mecánicamente el aparejo y entra el pescado a bordo
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Aquí, con agua y presión y todo el esmero posible se eviscera cada una de las merluzas antes de meterlas en cajas con hielo en escamas y almacenarlas en la bodega refrigerada
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Otro detalle del halador mecánico con el que se recogen las líneas de palangre por el costado del pesquero
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El Rodríguez Parapar visto desde popa, en el muelle de la lonja celeirense
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Lo nunca visto de un barco de Gran Sol en 46 fotos
El palangrero de fondo Rodríguez Parapar, tal cual es por dentro y por fuera, en Celeiro
La Voz de Galicia
PEPA LOSADA (FOTOS) TEXTOS (S. S.)
REDACCIÓN/ LA VOZ
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