El héroe podría lucir una cruz con distintivo rojo

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

Crónica | Compañeros y mandos felicitan al policía de prácticas El sindicato de comisaría recomienda la más alta distinción para Carlos Castro por salvar la vida a una joven

20 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?a comisaría de Vigo hace cinco años que no entrega una cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Este es el más alto honor que concede la Dirección General de Policía a un funcionario por jugarse la vida. La plata y oro se conceden póstumamente. El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Pablo Abalde, alabó la «meritoria actuación» de Carlos Castro Rodríguez por salvar la vida de una vecina que se precipitó desde un quinto piso. La paró con sus manos. «La chica tuvo la suerte de caer de pie sobre el jardín», dice un testigo. En años anteriores, fueron galardonados con la cruz blanca dos agentes que entraron en una casa en llamas para rescatar a una vecina y al guardia del furgón blindado asaltado por el Grapo. El SUP critica que, en otras ocasiones, estas altas condecoraciones son recibidas por personas que, «al tener asegurado un despacho, muestran un ferviente servilismo». El Jefe Superior de Policía de Galicia, García Mañá, también ha recomendado para una condecoración al alumno de prácticas, natural de Ponteareas y que sólo llevaba medio año en la comisaría de Vigo. El joven compareció de nuevo ante las cámaras de televisión. «Lo volvería a hacer», comentó. Sus superiores creen que él aún no ha asimilado que ha salvado una vida. «Soñé que me caía» Los testigos que vieron la actuación del agente coinciden en que su intervención fue providencial para evitar que la víctima, en bata y pijama, impactase sobre la verja. La joven se recuperaba ayer en una planta del hospital Xeral-Cíes de su fractura de cadera y contusiones varias. Al parecer, la ingresada comentó al volver a la consciencia: «Soñé que me caía por la ventana». Los testigos dicen que se lanzó al vacío con la nariz tapada, «como si saltase a una piscina». Los vecinos relataron que su vecina se había casado hace dos meses y luego mudado al quinto piso del número 202 de la calle Aragón. Pocos conocían a la pareja. La hermana había telefoneado a las dos de la tarde a la joven para invitarla a comer pero ésta le comentó que primero quería dormir. Media hora después, estaba de pie al borde del alféizar, en estado semiinconsciente. «La policía debería tender una lona para estos casos. La ambulancia tardó diez minutos porque la policía no podía llamarla antes si no había heridos. Es absurdo», dice una vecina.