Descubren en Gondomar restos de la aldea más antigua de Galicia

GONDOMAR

A. M.

Los arqueólogos creen que el poblado de Chan do Cereixo tiene más de 5.000 años Sus habitantes vivían dentro de unas murallas alrededor de una piedra sagrada

11 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Arqueólogos del Instituto de Estudios Miñoranos (IEM) han descubierto restos de un poblado de unos 5.000 años de antigüedad en la altiplanicie de Chan do Cereixo, en el municipio de Gondomar. Este hallazgo se enmarca dentro de la campaña auspiciada por la Fundación Barrié de La Maza, dotada con un presupuesto de 54.000 euros. El objetivo de la investigación, que comenzó el pasado mes de julio, era encontrar restos de los primeros orígenes de la humanidad, situados en el Paleolítico Inferior, hace más de 200.000 años. Sin embargo, los especialistas del IEM se toparon de una manera casual con un yacimiento muy posterior, presumiblemente enmarcado en la época del Calcolítico. Este yacimiento es único en Galicia porque tiene la particularidad de encontrarse rodeado por una muralla y de contar en su interior con un petroglifo en una gran roca, que podría ser objeto de culto para sus primitivos pobladores, según el especialista Xosé Lois Vilar, para quien se trata de la aldea más antigua descubierta en la comunidad. Hallazgo casual El equipo que dirige la arqueóloga Rosa Villar llevó a cabo el descubrimiento de manera fortuita en una de las once excavaciones manuales que han realizado en esta llanura ubicada a unos 300 metros de altura sobre el nivel del mar y que tiene una superficie aproximada de dos millones de metros cuadrados. De una forma intuitiva seleccionaron un espacio ubicado en un extremo de la altiplanicie, en un lugar que los vecinos de la zona denominan As Campurras. Allí localizaron a poco más de un metro bajo tierra un foso que contenía restos carbonizados y que pudo haberse utilizado como escombrera por sus antiguos pobladores. Animados por el hallazgo, continuaron las excavaciones en la misma zona y localizaron el petroglifo y los restos de la muralla, una obra simple de ingeniería con sus propios sistemas de drenaje. Parte del muro se encontraba incluso en la superficie, por lo que tan sólo fue necesario desbrozar la maleza para sacarlo a la luz. Las excavaciones concluirán el martes de la próxima semana, pero los especialistas coinciden en que será necesario realizar más campañas para completar el descubrimiento.