Comerciantes de A Pedra reabrirán 12 locales para resucitar el mercado

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Xoán carlos Gil

La nueva junta directiva que se nombre hoy dará un cambio de rumbo a las instalaciones

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro del mercado de A Pedra empieza a dibujarse, aunque con trazos mucho más lentos de los que la propia asociación de comerciantes quisiera. El último atisbo de esperanza se vislumbró en la asamblea celebrada el pasado viernes con el anuncio de que tres de los vendedores habituales del mercado abrirán seis puestos, dos per cápita. A estos se vendrán a sumar en torno a media docena más, la mayoría en manos de un mismo propietario, otro comerciante de toda la vida.

Ante el interés surgido por parte de empresarios ajenos a las instalaciones, el gerente, Anxo Méndez, ha dejado claro que «no se dan locales» a gente de fuera. Primero, dijo, se reparten entre los que ya tienen la concesión y si quedan libres, ya podrá optar la gente de fuera.

Días atrás Méndez fue criticado por un sector de los vendedores al entender que, transcurridos dos años de la redada que se zanjó con el cierre de 51 locales, la situación sigue siendo la misma y hasta la fecha lo único que se han hecho son anuncios. Aluden a las dificultades que tienen para contactar con el gerente, bien por vía telefónica o en persona, y que solo consiguen cuando se convoca asamblea. «Hace tiempo que hay gente de fuera interesada en establecerse y no logra contactar con él», comentaba este sector.

La nueva junta directiva que se constituirá hoy tiene intención de reflotar el mercado cuanto antes con los vendedores que estén dispuestos a seguir. Algunos de ellos se encuentran de baja médica y otros se han jubilado o reconocen la imposibilidad de abrir las puertas, tras el duro palo del cierre y los dos años sin actividad.

Otro de los asuntos que piensa abordar la junta es la revisión del canon que abonan por los puestos. No entienden cómo pueden pagar más por un local de menor superficie, que además se encuentra en el exterior, que por otro de menor tamaño situado dentro del mercado. «En alguna asamblea anterior ya se había acordado solucionar este tema y aún no se ha hecho», comentan los vendedores papeles en mano. La idea ahora es solicitar la ayuda de un profesional y poner a cada cual el canon que le corresponde. De nuevo las críticas de los comerciantes se centran en la lentitud con la que discurre cualquier asunto. Esta circunstancia ha provocado que alguna de las tiendas que abrieron sus puertas hayan tenido que cerrar de nuevo o trasladarse a otro lugar de la ciudad por falta de clientela.

En la actualidad apenas una decena de puestos intentan sobrevivir, entre los existentes en el interior del mercado y los de fuera. Ni siquiera abren todos los días. No les compensa. Temen que igual que han visto pasar el verano con escasas ventas, lleguen las Navidades y tengan las mismas perspectivas.

Los folletos turísticos siguen incluyendo el mercado de A Pedra como uno de los espacios más peculiares de la ciudad. Pese al empeño de los vendedores por lavarle la cara cubriendo con papel de estraza los precintos policiales, la imagen sigue siendo desoladora. «La cara de los turistas que se acercaron este verano por las instalaciones lo decía todo», añaden.

Plantón del Concello a los vecinos del Casco Vello para abordar los ruidos

El Concello canceló la reunión que tenía previsto celebrar el lunes con la asociación de vecinos del Casco Vello para abordar una serie de temas que preocupan, algunos desde hace tiempo.

En la agenda los representantes vecinales incluían el problema de los ruidos. El aumento de los locales de hostelería ha provocado un incremento de la contaminación acústica, pese a estar declaradas ZAS (zona acústicamente saturada) la mayoría de las calles del barrio antiguo. Una de las consecuencias de esta catalogación es la imposibilidad de conceder nuevas licencias de apertura a bares y otros locales de ocio. Este aspecto, ligado al anterior y denunciado también por los propios hosteleros, será tratado en la reunión con responsables de Urbanismo. Se trata de conocer qué tipo de permiso utilizan los nuevos locales y si, como sospechan, abren con licencia de tienda de degustación.

El ruido tiene además un segundo aliado, el botellón que se reparte por diversos espacios del barrio y el de paso que sube de la zona del Náutico.

Otro detalle que preocupa a la asociación de vecinos es el deterioro de las fachadas de piedra con motivo de la sujeción de los toldos de terrazas. Propondrán al Concello que controle este tipo de acciones para impedir más destrozos, algunos de los cuales, dice, se han producido en inmuebles históricos. La eliminación de los cables de las fachadas forma parte también de la lista de peticiones. La entidad alega que la normativa actual contempla que vayan soterrados y que los edificios rehabilitados tienen la obligación de cumplirla.