La Edad Media

VIGO

11 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La bolsa ha vuelto a valores de 2002. La prima de riesgo se sitúa en dígitos de 1999. La renta per cápita cae a niveles de 1987. El paro está en cifras de 1981. Y, en definitiva, viajamos hacia el pasado a velocidades cósmicas.

Con permiso de H.G. Wells, esta crisis es la auténtica máquina del tiempo. No resulta extraño que, en Vigo, vuelva a estar de moda la Movida. En los dos últimos meses Xerais ha publicado dos libros: Vigo, a 80 revoluciones por minuto, de Emilio Alonso, y Vigo: A Explosión dos Oitenta, la soberbia colección de fotografías de Vitín de las Heras. En Barcelona, ha triunfado el documental Galicia Caníbal, de Luis Montenegro. Miguel Costas ha sacado nuevo disco, revisitando los temas de aquella época. Aerolíneas Federales ha vuelto a reunirse y preparan gira para 2012. Siniestro Total, con su último álbum, han sido justamente nominados para tres Premios Nacionales de la Música. Y hasta Antón Reixa reaparece para postularse como líder de la SGAE?

Si, a este paso, cualquier día vemos otra vez sobre Lepanto el Excalextric, es que el huracán Hortensia, como un tornado del Mago de Oz, nos ha devuelto al pasado a la velocidad del rayo. Gente hay por Vigo que ya está cardándose los pelos y buscando por los cajones las hombreras. Porque no estamos recordando los 80, sino tal vez volviendo a los 80 mismos.

Soy, sin embargo, de los que creen que este viaje en el tiempo va más allá. Y que vivimos un tránsito hacia la Edad Media. La figura de la industria y del trabajador asalariado están desapareciendo. Los derechos colectivos se recortan a mayor gloria de los mercados. Las cifras económicas nos devuelven, un día tras otro, varios años atrás. Y el empobrecimiento de la antes llamada «clase media» camina sin descanso hacia la consideración de siervos de la gleba.

En las ciudades, proliferan esos negocios de «compro oro», con los que nos van a sacar hasta la última alhaja de nuestras bisabuelas. Los desahucios de casas continuarán hasta dejarnos sin propiedades. Y resulta sintomático que volver al campo se haya puesto de moda. El INE constata que la gente está volviendo a las aldeas, ante la imposibilidad de subsistir en las grandes ciudades.

Sin ánimo de ponerme entre Paco Rabanne y Nostradamus, sospecho que caminamos de forma inexorable hacia una nueva Edad Media. Y menos mal si, en los próximos años, no regresamos directamente a las cavernas.

Por si alguien duda de mi tesis, apunto un último dato muy clarificador sobre este viaje hacia atrás en el tiempo. ¿Acaso nadie sospechaba de todas esas ferias medievales petardas que organizaban en todas las ciudades? ¿Creían que la Arribada de Baiona, la Istoria de Ribadavia o la Feira Franca de Pontevedra eran casualidad? No, amigos, esta gente del Club Bildelberg lleva años entrenándonos para lo que viene. La Edad Media ya está aquí.

eduardorolland@hotmail.com