La fiscala concluye que el crimen de Coia fue «inhumano y cruel»

e.v.pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La acusada, que no recuerda las 20 puñaladas, se juega 25 años de cárcel

24 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La Fiscalía ha pedido la pena máxima de 25 años de cárcel para la acusada de matar de 20 cuchilladas a José Fernando Benavides Riobó, vecino de Coia de 26 años, «por la gravedad de los hechos y la crueldad con que lo hizo». La acusación pública calificó ayer a Rosa Alexandra da Costa de «inhumana» por atacar con tres cuchillos a su víctima en un claro abuso de superioridad porque él estaba indefenso y ebrio, con una tasa de 1,06, e indefenso. Le acusa de ensañarse pues la autopsia reveló que le asestó 5 puñaladas en la espalda y varias en el costado al moribundo el 8 de agosto del 2009 en un piso de la avenida de Castelao. «Fue un crimen vergonzante y desproporcionado, no hubo legítima defensa ni lo auxilió. La policía abrió la puerta y golpeó la cabeza del cadáver», dijo ayer en la Quinta Sección de la Audiencia, con sede en Vigo. El caso quedó visto para sentencia.

Las pruebas incriminatorias son las células de la piel de ella halladas en el mango de los cuchillos y su sangre en las perneras traseras del pantalón del joven, un estropajo y un interruptor. La Fiscalía concluyó que «ese día se mató para robar», en referencia a las joyas que desaparecieron de la vivienda, que quedó revuelta «como si pasase un tifón». La acusada alega que no recuerda haber dado 20 cuchilladas pero la acusación resaltó que es un indicio que admita que estuvo con la víctima a la misma hora del crimen y que confesase espontáneamente ante la policía. La acusada alegó estar borracha y haberse orinado encima del miedo que tenía a ser violada pero la fiscala replica que ella «miente» pues no iba drogada y ningún vecino oyó sus gritos de socorro «y sí los del joven». Sus pantalones no estaban manchados de orina y los forenses no detectaron en su organismo ningún consumo de cocaína a la hora del crimen. Tampoco ve acreditado que la encausada sufra un trastorno de personalidad como dice. Por ello, pide 20 años de cárcel por asesinato y 5 por robo con intimidación.

La defensa de la mujer insiste en que la noche del crimen estaba trastornada por un cóctel de cava y licor café y dijo que, antes de conocer a la víctima en un afterhours, entró en el Nova Olimpia pero la acusación replica que ese local cerró un año antes. «No recuerda las puñaladas pero no dice que ella no haya sido», replicó el letrado de la madre del joven.

El abogado de Alexandra sostiene que ella actuó en defensa propia tras refugiarse en la cocina por un miedo insuperable a ser violada en el dormitorio principal, donde fue herida con un cuchillo en la mano. Pregunta dónde están las joyas y recuerda que el piso precintado tenía una ventana abierta. Si era una ladrona no entiende por qué volvió a la vivienda y pasó 55 horas junto al cadáver. Sugirió que si la víctima era un toxicómano en paro, quizás él revolvió la casa en busca de dinero.