Un estudio multidisciplinar elaborado por la empresa A Citania para el Concello de Redondela revela le necesidad de poner en valor 66 atractivos turísticos de la ensenada de San Simón.
El trabajo pone de relieve que muchos de los elementos históricos, etnográficos y arqueológicos de la zona son desconocidos por el gran público. Actualmente, desde el punto de vista turístico, la ensenada se utiliza para la navegación de recreo y para visitar la isla de San Simón, antiguo lazareto y cárcel, hoy reconvertida en un centro de pensamiento.
Pero el trabajo recuerda que en la zona también hay lugares como los astilleros tradicionales de carpintería de ribera, como el Acuña, situado en Vilaboa. Se trata de una pequeña factoría donde se fabricaban las embarcaciones tradicionales y que desde el año 1990 está abandonada.
En San Adrián de Cobres hay otro aliciente, un antiguo horno de cal que se utilizaba para fabricar mortero para la industria de la construcción. Fue declarado Bien de Interés Cultural por la Dirección de Patrimonio. La Asociación Cultural Barqueiro tiene idea de recuperarlo porque se encuentra completamente abandonado.
Coordinación
Uno de los problemas que aparecen para potenciar el turismo en la ensenada es que las diferentes asociaciones y entes que actúan en los municipios de las riberas van por libre. «Hay pocos esfuerzos comunes coordinados» señala el arqueólogo Xurxo Constela, que ha dirigido y coordinado un equipo profesional constituido por un ingeniero de caminos, un biólogo, un geógrafo, una experta en márketing y un amplio grupo de documentalistas. El trabajo pretende servir de hojas de ruta a los ayuntamientos para que obtengan el máximo provecho de los recursos que ofrece la ensenada de San Simón, un lugar de interés comunitario en el que se pueden encontrar desde yacimientos romanos a una antigua base de los nazis.