El público casi llega a las manos en el acto de Caballero para celebrar el Bicentenario de Vigo

D.S.A. VIGO

VIGO

Un hombre trató de boicotear con gritos contra el alcalde el acto de inauguración de la escultura que conmemora los doscientos años de la ciudad.

27 oct 2010 . Actualizado a las 19:05 h.

El que era el acto principal convocado por Abel Caballero para celebrar el bicentenario de Vigo a punto estuvo de acabar con una agresión. Entre el público que ha asistido esta mañana a la inauguración de la escultura de Silverio Rivas que conmemora los doscientos años de la ciudad hubo una persona que se empeñó desde el principio en llamar la atención con gritos al alcalde como «Ni caballero, ni escudero, embustero» o «¿Dónde está Nouvel y Moneo?».

El punto más tenso se vivió mientras el alcalde pronunciaba su discurso. Poco después de que Caballero dijese que hoy era un día de fiesta y que la escultura simbolizaba lo que hoy es Vigo, se escuchó un grito que le recordaba al alcalde que el la ciudad cumplió los 200 años el pasado 1 de marzo, día en que se le concedió en 1810 el título de ciudad. Los que rodeaban al autor de los gritos le empezaron a abuchear y pedir que se marchase pero el hombre siguió en su sitio y siguió interrumpiendo el acto llamando al alcalde mentiroso.

La tensión continuó aumentando. Hubo varios empujones y otra persona del público trató de golpear al bocioteador por la espalda aunque fue retenido a tiempo por sus acompañantes. Durantes varios minutos se cruzaron acusaciones e insultos y finalmente el crítico con el alcalde se marchó.

Las autoridades no hicieron ninguna alusión al incidente y continuaron con el acto como si nada. Después de los discursos y de que el artista explicase el por qué de la escultura de siete metros de alto, el acto culminó con la animación del grupo Troula que con banderas de Vigo, unos tambores y un cañón de mentira recordaron que aquello era una celebración.

La escultura

La escultura fue descubierta a mediodía por un grupo de niños del colegio Josefa Alonso de Matamá que entre todos tiraron de la tela blanca que lo cubría. Les costó bastante despejar la escultura y necesitaron la ayuda de algunos técnicos municipales. La tela se quedó enganchada entre las piezas y se empezó a rasgar para que la escultura vieses la luz. Se trata de una pieza de más de siete metros de alto que representa los símbolos del escudo de la ciudad, la torre y el olivo. Las piezas que forma la escultura además lleva rotulados los nombres de las 23 parroquias de la ciudad.

La celebración del Bicentenario de la ciudad ha continuado con un acto oficial en el que se ha reconocido a diez entidades por su contribución a la ciudad entre las que está el Puerto de Vigo, por lo que se pudo ver una imagen insólita; Corina Porro recogiendo un premio entregado por Alcaldía.