Una tripulación muy real vende la gastronomía de Lugo en Vigo

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

12 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Pero sólo durante los días que dure la regata Rías Baixas, porque el armador y amigo personal de Don Juan Carlos, José Cusí, le quiere al mando de su velero más famoso durante toda la temporada.

Como los deportistas no saben estar en dique seco, Araújo no pudo negarse a participar en el proyecto náutico-gastronómico que promueve la Asociación de Empresarios de Hostelería de Lugo, y que ayer presentó a pie de muelle en Vigo, con Franco Cobas como anfitrión.

Compartirá Araújo cubierta con otros dos regatistas reales, Ramón Lago y Pablo Torrado, ambos asiduos en la tripulación del CAM, el barco que patronea el Príncipe Felipe, con el que acaban de participar en la Copa del Rey en aguas de Palma. También ha embarcado Gonzalo en este proyecto a dos sagas familiares de conocidos navegantes portugueses, los hermanos Conde (Gilberto y Renato) y los Almeida (Guillerme y Alberto).

En la Rías Baixas el E para comer, Lugo tendrá que vérselas, entre otros, con los veleros que comandan Malalo Bermúdez, José Luis Freire, Fernando Cominges, Míchel Álvarez o Ramón Ojea. En total, un millar de tripulantes se batirán el cobre durante cinco días «del 13 al 17 próximos» con líneas de salida y de meta en Vigo, demostrando que es una de las citas náuticas a las que no ha afectado la crisis.

Sí, porque ha sido en la parca donde han encontrado la inspiración un grupo de alumnos de la Escuela de Joyería del Atlántico, ocho en total, para diseñar una colección en la que cada uno de ellos aporta su particular visión sobre el tema.

Lo más curioso es que cuando estas jóvenes promesas (Nuria Fábregas, Martín Arias, Rebeca Abadía, Andrea Piñeiro, Laura Pinzón, Marta García, Elena Reboreda y Nena Faesga) ya habían elegido tan tétrica e inusual temática y se habían puesto manos a la obra, descubrieron en alguna revista de moda de las más importantes, que la muerte había sido también la fuente de inspiración de profesionales de la joyería más que consolidados.

En el caso de los alumnos vigueses, unos presentan la muerta de manera más conceptual, en tanto otros lo hacen de forma implícita, y unos en positivo y otros negativo. Ni que decir tiene que el negro tiene un protagonismo especial.

Carlos Pereira, director de la escuela, justifica dicha elección porque en buena parte de las culturas es el color que representa el luto, pero el negro es además un color sobrio y elegante, por lo que encaja perfectamente en el perfil que buscaban los alumnos. Definitivamente, sobre gustos no hay nada escrito. Sin ir más lejos los góticos agradecerán este ataque de creatividad made in Vigo. Exposición a pie de calle. La idea de realizar una muestra al aire libre ha sido de Gemma Marqués. La artista ha buscado inspiración en un paisaje que conoce muy bien, el guardés, con el mar como telón de fondo: puestas de sol, nasas, cabos, gamelas... Parte de ese paisaje lo ha recreado en el stand, que ha ambientado con una embarcación tradicional guardesa y algunos aparejos de pesca.

De hecho, para comprobar que lo que Gemma pinta es lo que hay, el espectador no tiene más que echar un vistazo a su alrededor. Y es que la exposición, que podrá contemplarse hasta mañana, está en pleno puerto, muy cerca de la casa taller de Gemma, que los interesados por su arte también están invitados a visitar.

La casa en cuestión no tiene pérdida, es una edificación marinera en un azul turquesa que, sí o sí, capta la atención de todo el que visita el paseo marítimo.

¿Quién es el político gallego con escaño en O Hórreo que demuestra interés por llegar a emparentarse con un conocidiiiiísimo empresario vigués vinculado al mundo del mar?