Un grupo de amigos de 14 años se reúnen todas las tardes de verano en una esquina de Samil para hacer lo que más les gusta: piruetas en el aire
03 ago 2010 . Actualizado a las 15:11 h.Cada uno se divierte como quiere o como puede. La mayoría de la gente acude a la playa para tomar el sol y darse un chapuzón en los días calurosos, pero hay personas que van a practicar su deporte favorito por pura diversión.
En Samil hay un grupo de jóvenes que aprovechan las tardes de buen tiempo para hacer parkour: desplazarse de un lugar a otro lo más rápido posible utilizando las habilidades del cuerpo.
Cavan un hoyo bastante amplio y en él entierran tres cuartas partes de la boya, sobre la que se impulsan para hacer las piruetas en el aire. Se enteraron de este método viendo un vídeo por internet, y decidieron ponerse manos a la obra.
Adrián, Diego y Javier son algunos de estos jóvenes, que gracias a este nuevo deporte reforzaron además su amistad. Algunos ya se conocían de vista, pero ahora se ven a diario. En invierno, pese a las inclemencias metereológicas, continúan yendo a Samil porque lo consideran un emplazamiento idóneo.
Esta pandilla lo tiene todo controlado: se sitúan en uno de los márgenes de la playa para no molestar a la gente y tienen un puesto de la Cruz Roja al lado, por si acaso se lesionan. «Una vez una señora nos llamó la atención porque decía que molestábamos, pero, salvo esa vez, la gente no se queja porque ya nos ponemos en una esquina; en el centro de la playa claro que molestaríamos», afirman.
Estos deportistas deben saltar con cuidado porque, si caen mal, podrían dañarse la médula. Alguno de ellos ya se hizo alguna fisura en los dos años que llevan practicando esto. «Y si por mala suerte caemos mal y nos rompemos algo, ahí está la cruz roja para atendernos. «Es perfecto», subraya Adrián.
Una cosa tienen clara estos jóvenes y es la pasión que muestran por el mundo de las piruetas. Así es como quieren pasar todas las tardes de verano que aún quedan.