El «Zarpas» inicia la vuelta a casa

VIGO

Los dos vigueses que llevan cuatro dando la vuelta al mundo en barco inician su último año de travesía en Tailandia.

29 ene 2010 . Actualizado a las 14:20 h.

Hace año y medio La Voz de Galicia daba a conocer a la aventura de Eva Lago y François Viso, dos vigueses que desde el verano del 2005 están recorriendo el mundo a bordo de su embarcación, el Zarpas. Como ya reconocía Eva en octubre del 2008, el 2010 supondrá el fin de esta increible experiencia y tras recibir el año en Tailanda, el barco y sus tripulantes ya se preparan para iniciar su vuelta a Vigo.

«Todo cambia al llegar a Tailandia, recuperamos el aliento, el placer del baño e infinidad de fondeos de los que merece la pena disfrutar. Y ahora aquí estamos, a las puertas de otra Navidad y del año nuevo, el 2.553 según el calendario de estas gentes», comenta la aventurera en su correo. Por delante aún les quedan días de navegación ya que aún quieren visitar Sri Lanka y el mar Rojo en su recorrido de vuelta. «El paso por Somalia es ineludible para nosotros y no voy a negarte que nos tiene algo inquietos ya a estas alturas», reconoce Eva.

Durante los últimos meses, Eva y François han visitado lugares tan interesantes como Tahití, las islas Vava'u (al norte del reino de Tonga), las Fiyi, Nueva Caledonia, Australia, Indonesia, Bali, Borneo o Singapur. Por cierto, avisan que a efectos prácticos el cambio de fecha, que se debía producir en el paralelo 180 poco antes de Fiyi, ocurre unos cuantos grados antes. «¡Debería ser viernes pero era sábado!. Para ser objetivos, si hay que perder un día de vida casi mejor no enterarse, ¿no?», recuerda Eva.

Aunque algunos de los lugares que más han impresionado a Eva son pequeños archipiélagos como la isla de Pinos o la del faro Amedée, los vigueses reservaron una de sus estancias más larga en tierra para conocer Australia. Mientras hacían turismo a pie por el país de los canguros y visitaban Nueva Zelanda, aprovecharon para darle un respiro a «Zarpas»y protegerlo de la temporada de ciclones.

Los peores momentos los vivieron en Malasia, que les recibió con unas condiciones climatológicas nada favorables. «Su clima ecuatorial en extremo nos asfixió hasta tal punto que fuimos incapaces de disfrutar de nada. Fue una terrible e inexplicable sensación de cansancio e impotencia que ni siquiera en los peores días en el Amazonas habíamos experimentado. Si al clima unimos las aguas turbias, los mosquitos (hay muchísima malaria) y la falta de viento, el barco se convirtió de pronto en nuestra prisión», tal y como describe Eva.