La nueva terminal costará 50 millones

VIGO

07 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Quizás no sea la obra más fundamental ni la de mayor magnitud, pero la nueva terminal de Peinador será la nueva cara del aeropuerto de Vigo. Por eso, Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) la coloca de primera en la línea de salida. La nueva terminal será una de las primeras grandes actuaciones que se acometan en la construcción del Peinador del futuro, según recoge la revisión del Plan Director del aeropuerto que acaba de hacer pública el Ministerio de Fomento. Ese documento cifra el coste de la infraestructura en 14 millones. Pero en realidad se invertirán en torno a 50, según confirman distintas fuentes a La Voz de Galicia. Deberá estar terminada antes del 2015, según los horizontes que maneja Fomento. El desfase en el coste es normal, según Aena. Aunque oficialmente no confirma el presupuesto de la nueva terminal, sí explica que la revisión del Plan Director de Peinador comenzó hace dos años, por lo que podría haber diferencias en los planes. El proyecto de la terminal fue encomendado al arquitecto pontevedrés César Portela. Las obras deben empezar este año. Los plazos hacen improbable que se cumpla el pronóstico del alcalde que vaticinó su apertura en marzo del 2011. Según el nuevo Plan Director, la remodelación consistirá en una ampliación del edificio actual para que tenga una superficie total de 14.000 metros cuadrados. La torre de control no se mueve La ampliación del emblema del aeropuerto llegará en un momento en que Peinador pierde pasajeros. Acumula ya trece meses seguidos en caída libre por primera vez en toda su historia. Aena es consciente de que, pese a la coyuntura, las instalaciones actuales son insuficientes. Ya está en obras un aparcamiento de 2.600 plazas. No será la única nueva terminal que tenga Peinador. El aeropuerto tendrá un nuevo edificio para aviación general (avionetas, helicópteros...). También se ampliará la terminal de carga, según los planes de Aena. Para el edificio de pasajeros, Aena barajó una alternativa que obligaba a trasladar la torre de control y suponía un mejor aprovechamiento del espacio, pero esa idea se desechó por el coste de tener que reubicar la torre.