Un fondo de armario infinito y barato que no ocupa espacio

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

25 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Es la teoría, buena dicho sea de paso, de Belén Cigarrán que, junto a Carolina Páramos y Lidia Moreno, acaba de abrir al público Low & Chic. El nombre que han elegido para la tienda da muchas pistas, sobre todo si se domina el inglés y se hace la correspondiente traducción: barato y a la última.

Cuenta Belén que la idea de abrir en Vigo un negocio de este tipo surgió durante un evento «muy importante» al que asistió hace un tiempo en Miami. Le gustó especialmente el traje que lucía una de las invitadas, a la que no tuvo reparo en preguntar dónde lo había adquirido. «¿Comprar? No, lo he alquilado, como la gran mayoría de las que estamos aquí», respondió.

Al parecer es una practica habitual, sobre todo entre aquellas mujeres que, por motivos de trabajo o de estatus social, se ven obligadas a asistir a fiestas, cócteles, cenas o ceremonias varias. Y no lo hacen sólo por una cuestión económica, que también, sino porque si tuvieran que comprar todo lo que lucen sus casas terminarían convertidas en puro armario.

Por otra parte, se garantizan el amortizado de la prenda, de otra forma imposible, ya que como el círculo familiar y de amistades es limitado y no hay forma de no coincidir con dicho círculo, se evita repetir modelo. «Lo habitual es que los trajes de fiesta que nos compramos terminen amortizándolos las amigas», sostiene Belén.

Le pido que vaya al grano y que explique por cuánto puede salir la cosa. «Dependiendo del vestido, pero como máximo en 175 euros». Si se prefiere la opción de compra, que también la tienen, la factura podría llegar a los 1.700 euros.

La clienta, eso sí, tendrá que depositar también una fianza, que se le devuelve cuando, cuatro días después (que son los que tiene para lucirlo), entregue el vestido sano y salvo.

Las heroínas de las socias de Low & Chic son las protagonistas de Sexo en Nueva York. De hecho, Carrie, Charlotte, Miranda y Samantha estuvieron presentes en la inauguración, aunque no fuera más que en serigrafía dentro de unas grandes piruletas de chocolate blanco. También han contratado a las dobladoras que traducen sus divertidas peripecias para la campaña de publicidad.

Entre las personas que no se perdieron la inauguración estaba la personal shopper de la presidenta de la Autoridad Portuaria. Quizá aprovechó para buscar algo especialmente apropiado para la toma de posesión. Lo dicho, aquello de qué me pongo en tal o cual ocasión tan especial ya no tiene por qué ser un problema. Si no queremos, claro.

Ha sido su forma de dar la bienvenida a la organización a Terras Gauda, la última bodega en incorporarse al selecto grupo, del que forma parte el Ministerio de Medio Rural, amén de otras seis firmas bien conocidas en el mapa vinícola del país.

En este primer encuentro en el que José María Fonseca ejerció de anfitrión, participaron Pablo Álvarez, consejero delegado de Vega Sicilia; Guillermo de Aranzabal, presidente de Bodegas La Rioja Alta; Isaac Muga, de bodegas Muga; Luis Miguel Beneyto, consejero delegado de Marqués de Riscal, y Emilio Castro, gerente de la Fundación para la Cultura del Vino.

La Fundación tiene como fin convertirse en vínculo de unión entre el consumidor y el sector, y en una herramienta de apoyo al vino español de calidad en todo el territorio nacional y en los mercados internacionales. Lo que no sabemos es en quién delegaron la elección del vino a la hora de la comida. Difícil tarea entre semejante nómina.

Hablando de comer, el restaurante de dicha casa acaba de presentar sus propuestas culinarias para esta primavera-verano en toda la cadena. José Carrera, chef, y Jaime Álvarez, jefe del restaurante vigués, subrayan la especial apuesta que se ha hecho por los productos gallegos. Así, en el apartado de entrantes destaca el gazpacho de aguacate con vieiras o el timbal de pulpo y bacalao. Otras propuestas son un arroz caldoso con queso tetilla o una lubina sobre compota. Buen apetito.